Obama recibe a presidente afgano; hablan de tropas
Es su primera reunión en la Casa Blanca.
El presidente estadounidense Barack Obama recibió este martes al nuevo presidente afgano, Ashraf Ghani, para su primera reunión en la Casa Blanca, en momentos en que las fuerzas armadas norteamericanas solidifican planes para demorar su retirada de Afganistán.
Cuántos soldados va a dejar Estados Unidos y por cuánto tiempo serán el foco de la reunión, punto central de la esperada visita de Ghani.
En el puesto desde apenas seis meses, Ghani busca usar el viaje como prueba de que es un socio confiable merecedor del respaldo estadounidense, pese a un gobierno fracturado y una larga lista de problemas persistentes en las fuerzas armadas de Afganistán — analfabetismo, uso de drogas y deserciones, entre otros.
Ghani llegó a media mañana a la Casa Blanca, donde una guardia de honor militar se alineó a la entrada para recibirle. Adentro, Ghani y Obama charlaron informalmente mientras reporteros observaron el inicio del encuentro.
Se esperaba que Obama hable sobre las tropas en una conferencia de prensa conjunta con Ghani el martes por la tarde.
Para Obama, Ghani representa la mejor y última esperanza de cumplir su promesa de concluir la guerra estadounidense más larga antes de dejar el puesto, dejando apenas poco más de mil soldados en la embajada para coordinar seguridad.
Las relaciones del predecesor de Ghani, Hamid Karzai, con la Casa Blanca eran casa vez más disfuncionales y si los arreglos con Ghani no resultan mejor, Obama se arriesga a dejar a Afganistán aún vulnerable a los tipos de grupos extremistas violentos que operaron con impunidad allí hasta hace 14 años, cuando Estados Unidos invadió.
Pero el gobierno de Ghani le ha pedido al presidente que deje más tropas en su país por más tiempo, en momentos en que las fuerzas afganas se preparan para una dura temporada de combates y lidian con combatientes del Estado Islámico que buscan reclutar en su territorio.
El prospecto de que Estados Unidos demore su retirada se ha vuelto algo casi seguro, con funcionarios prediciendo que Washington muy probablemente dejará a muchos de los 9.800 soldados estadounidenses que quedan allí hasta bien entrado el año próximo. El plan original era reducir la cantidad a cinco mil 500 para el final del 2015.