Nueva York celebra su San Patricio más polémico por la exclusión de homosexuales
La Gran Manzana se vestirá mañana de verde para recordar sus raíces irlandesas.
Nueva York celebrará este lunes el San Patricio más polémico de los últimos años por la negativa de sus organizadores a permitir la participación de colectivos homosexuales en los festejos, una situación que también se ha dado en otras ciudades de EU de fuerte herencia irlandesa como Boston.
Como es tradición, la Gran Manzana se vestirá mañana de verde para recordar sus raíces irlandesas, pero en esta ocasión lo hará en medio de un fuerte debate sobre la supuesta homofobia de la conmemoración.
El alcalde de la ciudad, el demócrata Bill de Blasio, ha decidido boicotear los actos y se mantendrá al margen de los festejos, a diferencia de lo que hizo su antecesor, Michael Bloomberg, que siempre estuvo presente.
De Blasio fue el primero en agitar el debate, al anunciar a principios de febrero que no participaría en el popular desfile que recorre cada año la Quinta avenida y que reúne a más de un millón de personas.
En su primer año en el cargo, el alcalde demócrata ha querido expresar de esta forma su "desacuerdo con los organizadores del desfile por su exclusión de algunas personas de esta ciudad".
En su lugar, De Blasio participó el 2 de marzo en una marcha alternativa bajo el nombre "San Patricio para todos", un acontecimiento mucho más modesto, pero que desde el año 2000 reivindica la inclusión de todos los colectivos ciudadanos en la fiesta.
A la apuesta del alcalde neoyorquino se ha sumado su homólogo de Boston, una de las más irlandesas de las ciudades estadounidenses y, como Nueva York, considerada también una de las más liberales.
Martin Walsh, el primer alcalde de origen irlandés en 20 años, decidió no participar en el desfile celebrado hoy tras no lograr un acuerdo con los organizadores para que permitiesen marchar a los colectivos homosexuales.
"Como alcalde de la ciudad de Boston, tengo que hacer todo lo posible para asegurar que todos los ciudadanos son libres de participar en la vida cívica de nuestra ciudad", explicó Walsh en un comunicado.
Los organizadores de los festejos, mientras tanto, insisten en que no discriminan a los homosexuales, sino que su objetivo es que en los desfiles no se llame la atención sobre ninguna causa.
"En los últimos años he invitado a los gays a desfilar... siempre que no llamen la atención sobre sí mismos o causas extrínsecas. El desfile no es sobre la homosexualidad o el aborto, o nada que no sea honrar a San Patricio", indicó Bill Donahue, presidente de la Liga Católica de Nueva York, después de que De Blasio anunciase su boicot.
El mensaje de las autoridades, sin embargo, ha calado en buena parte de la sociedad y, en los últimos días, varias empresas vinculadas con los actos han anunciado su renuncia por ese motivo.
Entre ellas, las cerveceras Samuel Adamas y Heineken, patrocinadoras respectivamente de los festejos en Boston y en Nueva York, han decidido retirar su participación.
El debate ha tenido también impacto al otro lado del Atlántico, con el apoyo que Dublín ha decidido dar al movimiento gay en sus celebraciones dándole aún más visibilidad.
"Es como un corte de mangas a Nueva York", aseguró el director de la revista Gay Community News (GCN), Brian Finnegan, quien recordó que la comunidad gay irlandesa forma parte de esta cabalgata desde 1993, aunque su presencia "se ha reforzado en los dos últimos años".
Al igual que en Dublín, el desfile de San Patricio es en Nueva York uno de los momentos más festivos del año.
La cabalgata neoyorquina data de 1762, por lo que antecede incluso de la independencia de los Estados Unidos, y sirve como recordatorio de la fuerte influencia que la inmigración irlandesa tuvo en la evolución de la Gran Manzana.