Mueren dos personas en ataque a la embajada surcoreana en Libia
Ninguno de los fallecidos es originario de Corea del Sur.
Dos personas resultaron muertas y una tercera herida durante el ataque cometido por hombres armados no identificados este domingo contra la sede de la embajada surcoreana en la capital libia, Trípoli, informó el director de seguridad diplomática del Ministerio libio de Interior, Mabruk Abu Dahir.
Una de las víctimas mortales es un agente de seguridad diplomática encargado de proteger el edificio, que fue alcanzado por las ráfagas de metralleta disparadas por los presuntos terroristas desde el vehículo sin matrícula en el que se dieron a la fuga, declaró el coronel Abu Dahir a la agencia de noticias local WAL.
El otro fallecido es un civil que caminaba por la zona cuando se produjeron los disparos, añadió la fuente, mientras que el herido, al que no identificó, fue trasladado al hospital de la ciudad.
Fuerzas especiales han iniciado ya las pesquisas y puesto en marcha operativos de seguimiento en busca de los responsables del ataque, que hasta el momento no ha sido reivindicado por grupo alguno, aunque los indicios apuntan a una acción de naturaleza yihadista, concluyó el responsable.
"No hay víctimas nacionales de Corea del Sur", precisó por su parte el Ministerio de Exteriores surcoreano a la agencia Yonhap.
El país norteafricano es uno de los seis países a los que Seúl ha prohibido viajar, junto con Irak, Yemen, Somalia, Siria y Afganistán, y para ir a esas naciones es indispensable contar con un permiso especial del gobierno surcoreano.
Varias misiones extranjeras han sido atacadas con bombas en Trípoli en los últimos meses y los militantes leales al Estado Islámico (EI) reivindicaron en varias ocasiones algunos de los ataques en Trípoli.
El de este domingo se produjo en vísperas de la nueva ronda de diálogo auspiciado por la ONU prevista para mañana entre los distintos partidos políticos y representantes de la sociedad civil libia en Argel, para encontrar una solución a la crisis que atraviesa el país.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera a derrocar el régimen dictatorial de Muamar al Gadafi.
Desde las últimas elecciones, el gobierno esta escindido en dos, uno apoyado por milicias islamistas en Trípoli, y otro internacionalmente reconocido expulsado a la ciudad oriental de Tobruk, que recibe el apoyo militar de Egipto y Arabia Saudí.
En medio, crece la presencia de grupos yihadistas, afines tanto al autoproclamado Estado Islámico en Siria e Irak como a la Organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), la más influyente del norte de África.