Contribuyen momias a la lucha contra la tuberculosis
Más de dos siglos después de su muerte, los cadáveres momificados de cientos de personas que padecieron de tuberculosis ayudan a entender mejor la naturaleza de esta enfermedad y han abierto la puerta a nuevas vías de investigación.
Las momias fueron encontradas en 1994 en la ciudad húngara de Vac, en una iglesia de la orden de los Dominicos, donde se enterraba a los vecinos más poderosos, explica la antropóloga Ildikó Szikossy, del Museo de Ciencias Naturales de Budapest. Son los cuerpos momificados de 265 personas, de las que el 90% padeció de tuberculosis y un tercio falleció debido a la enfermedad. El origen de los cuerpos, que datan de los siglos XVIII y XIX, está bien documentado y se conocen los nombres y las historias de muchos de ellos.
Las informaciones obtenidas tienen más importancia aún si se considera que las bacterias analizadas son de tiempos anteriores al uso de los antibióticos, es decir, que aún no habían sufrido las mutaciones que han generado esas medicinas en la enfermedad, lo que hace posible compararla con las cepas actuales.
Hoy en día la tuberculosis, según datos de la Organización Mundial de la Salud, es la segunda causa de mortalidad causada por un agente infeccioso, después del SIDA, y en 2013 nueve millones de personas enfermaron de este mal y 1.5 millones murieron.