Migrantes provenientes de Sierra Leona despiertan rumores de Ébola en Islas Canarias
Los delicados de salud fueron trasladados a la Cruz Roja de la isla.
Un grupo de 21 inmigrantes pasó casi cinco horas abandonado al sol en una playa de Maspalomas en Gran Canaria, esperando a que las autoridades decidieran si activaban o no el protocolo para casos de Ébola. Con temperaturas que rozaban los 30 grados al mediodía y ante la mirada atónita de cientos de turistas que aprovechaban el buen tiempo en pleno inicio de la temporada alta otoñal.
Una barcasa había llegado poco antes de las nueve de la mañana al corazón turístico de la isla. Los migrantes llegaron a la playa y cayeron rendidos. Los primeros en llegar para atenderlos fueron los voluntarios de Cruz Roja, alertados por el personal de limpieza de las playas. Al tomarles la temperatura detectaron que seis de ellos tenían la fiebre muy alta.
El personal de la ONG decidió aplicar su protocolo para casos de Ébola y pidió la intervención de la Consejería de Sanidad. Sus médicos tardaron en llegar cuatro horas. Durante la eterna espera, los voluntarios depositaron sobre el suelo mascarillas, bocadillos y botellas de agua para que el grupo pudiera alimentarse. Agentes de la Policía Local Canaria trazaron un cordón imaginario, separados unos veinte metros de los inmigrantes para que nadie se acercase y vestidos con mascarillas y guantes pero en manga corta.
Cuando por fin llegaron, los médicos se cercioraron de que ninguno de los subsaharianos había estado en las últimas tres semanas en Liberia, Sierra Leona o Guinea Conakry, los países afectados por el virus del Ébola, y descartaron cualquier posibilidad de infección.
Ese mero trámite sirvió para finiquitar la crisis, sin que el Gobierno canario activase protocolo alguno. Y comenzó el traslado. Los cuatro que presentaban un estado de salud más delicado fueron transportados en camilla por un jeep de la Cruz Roja. Al resto se les subió al remolque de un camión de los que se utilizan habitualmente para transportar los residuos de las playas, pese a la oposición del coordinador de Cruz Roja, José Antonio Rodríguez, quien alertó varias veces de que ese no es modo de tratar a seres humanos.