Migran niños hacia EU por violencia en sus países
Los menores son víctimas de su propia familia.
Muchos de los menores centroamericanos que llegan a tierras estadunidenses, en una oleada migratoria sin precedentes, afirmaron que huyen debido a la violencia de las pandillas en sus países.
“Tomé la decisión de venirme porque en mi país hay mucha violencia y porque quieren obligarte a entrar en las maras (pandillas)”, dijo a Karla, de 17 años de edad y quien cruzó la frontera a este país hace varias semanas.
“Desde que salí de mi casa venía con temor, pero tenía más temor de estar en mi país porque me podían hacer algo. A mí no me hicieron nada, pero en el camino a una niña de 12 años intentaron abusar de ella”, expresó la joven salvadoreña.
“Tenía mucho miedo, pensaba que nunca iba a llegar, que me iba a pasar algo malo y con los que venía no todos logramos llegar, no sé qué pasó con los demás”, contó Andrea, otra salvadoreña de 15 años de edad.
Otra menor, Ana, de 17 años, no corrió con la misma suerte, ella se separó del grupo de hondureños con los que venía y fue violada.
Ana, quien salió de Guatemala, hizo pública su historia y dijo que la amenazaron que si hablaba o decía algo la iban a matar, por lo que tuvo que soportar todo lo que le hicieran.
Las tres historias son sólo parte de los relatos contados por menores de edad provenientes de Centroamérica, como parte del éxodo sin precedentes de miles de niños que viajan sin sus padres.
En los tres casos el común denominador es la violencia ya sea intrafamiliar o de las pandillas en sus países y dijeron que escapar es un factor primordial en el éxodo. Algunos, como Andrea, también dijeron que trataban de reunirse con sus padres que habían emigrado.
Karen, una hondureña de 17 años, quien es representada por los Servicios Legales Católicos de Miami, contó que en su periplo viajó a pie, en autobús y camionetas para ingresar a Estados Unidos por McAllen, Texas. Narró que no tenía otra opción pues su padre la maltrataba y los integrantes de las pandillas, que asesinaron a su prima y una tía, la vigilaban y la hostigaban.
Miami es una de las 10 ciudades donde los menores son enviados para los procedimientos migratorios tras su llegada a este país.
El número de menores que llegan sin sus padres pasó de un promedio anual de seis mil 800 entre los años fiscales 2004 y 2011 a más de 13 mil en 2012 y más de 24 mil en 2013, según reportes de noviembre de 2013 de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).