Merkel y Wowereit, los rostros de una Alemania fuerte
Merkel destaca su liderazgo y poder, mientras Wowereit prepara su último gran acto como alcalde.
La canciller Angela Merkel y el alcalde Klaus Wowereit son los rostros más representativos de la Alemania y el Berlín de hoy, surgidos de la transformación que generó una reunificación, trazada por Wolfgang Schäuble, ahora ministro de Finanzas.
Wowereit afirma que "Ninguna otra capital europea y ningún otro país han vivido una metamorfosis tan profunda, en el fondo como en la forma, en su superficie y en su papel en el mundo, como éstos" y recordó que Berlín pasó de ciudad mártir de la Guerra Fría a asumir la capitalidad de la primera economía europea, con la revolución urbanística y social.
Merkel, quien irrumpió en política apadrinada por el "canciller de la reunificación", Helmut Kohl, lidera la Alemania de hoy; una mujer poderosa que rehúsa ser tachada de prepotente y que representa la generación política liberada de lastres del pasado.
Schäuble, titular de Interior con Kohl, fue figura clave en el proceso impulsado tras la caída del muro, el 9 de noviembre de 1989, que culminó en el Tratado de Unidad, el 3 de octubre de 1990.
Schäuble, se encargo de plasmar en papel los resultados de los acuerdos negociados de Kohl con las potencias vencedoras, y estampó su firma en el Tratado de Unidad por parte de la República Federal de Alemania (RFA), mientras que Lothar de Maizière lo hizo por la RDA, el último jefe de gobierno de un país que sellaba con esa firma su extinción.
La trayectoria posterior de Schäuble es marcada por dos acontecimientos: el atentado cometido contra él en 1991, dejándolo en silla de ruedas; y su ruptura en 1999 con Kohl, retirado tras su derrota ante el socialdemócrata Gerhard Schröder e inmerso en el escándalo de la financiación irregular de la Unión Cristianodemócrata (CDU).
Schäuble, renunció a presidir la CDU y a ser el sucesor de Kohl; Merkel asumía ese puesto en 2000, e hizo historia por partida doble en 2005, al convertirse en la primera mujer y del antiguo territorio de la RDA que llegaba a la Cancillería de una Alemania fuerte, a la que imprimió un estilo de liderazgo donde impone su ley.
Wowereit, el socialdemócrata que llegó a la alcaldía de la ciudad-estado en 2001 tras proclamar su homosexualidad, cambió de piel urbanísticamente a Berlín, acogiendo a la legión de funcionariado derivada del cambio de capitalidad -de Bonn a Berlín-, sin perder la reputación de capital atípica.
Wowereit, vio precipitada su retirada, prevista para este diciembre, por la especulación inmobiliaria, que ha hecho mella en una capital aún con fama de barata; y el escándalo del nuevo aeropuerto de Berlín, cuya inauguración acumula un retraso de tres años.
"No todo puede salirnos bien en esta vida", argumenta Wowereit, mientras se prepara para su último gran acto como alcalde este domingo: el 25 aniversario de la caída del muro.