Líderes de izquierda alzan su voz contra Obama por Venezuela
Maduro dijo haber llevado a Obama 11 millones de firmas que piden la derogación del decreto.
Presidentes de gobiernos de izquierda criticaron este sábado a Barack Obama en la Cumbre de las Américas por haber declarado a Venezuela una "amenaza" para la seguridad de Estados Unidos, pero el mandatario estadounidense ya había abandonado las sesiones del foro.
Los presidentes Rafael Correa (Ecuador), Cristina Fernández (Argentina) y Evo Morales (Bolivia), respaldaron a su colega venezolano Nicolás Maduro, al exigir la derogación del decreto que Obama emitió en marzo pasado, elevando las tensiones entre Caracas y Washington.
"Venezuela está bajo una amenaza, una agresión que debe ser desmontada", expresó Maduro cuando ya Obama se había retirado de la plenaria de la Cumbre para asistir a reuniones bilaterales.
El mandatario venezolano dijo haberle llevado a Obama en la cita hemisférica más de 11 millones de firmas que piden la derogación del decreto, al que calificó de "irracional" y "desproporcionado".
Su cercano aliado, Evo Morales, fustigó a Obama por su "doble moral". "No somos (los latinoamericanos) una amenaza para nadie, somos pueblos cuyas armas de combate son la solidaridad, la justicia, la igualdad", subrayó.
"Nuestros pueblos nunca más aceptarán la tutela, injerencia e intervención de potencias extranjeras, porque su memoria está flagelada por hechos del pasado", expresó Correa en su discurso.
No obstante, Obama replicó diciendo que también le interesa la historia pero no quiere ser presa de ella, "Supongo que es posible usar a Estados Unidos como una excusa práctica para lo que está mal (...) pero eso no va a traer progreso, no va a resolver los problemas de niños que no saben leer o no tienen suficiente que comer".
La presidenta argentina, que siguió tras el discurso de Raúl Castro, entró en la discusión: "Sé que a Obama no le gusta la historia o dijo que no es importante. A mí me encanta porque ayuda a entender qué pasó", dijo al calificar como "ridículo" el decreto.
Raúl Castro también pidió el levantamiento del decreto, pero en el mismo tono conciliador del discurso en el que reafirmó su disposición a avanzar en la normalización de las relaciones con Estados Unidos.