Las vacaciones de Obama, un arriesgado cóctel de golf y crisis
El presidente ha sido criticado por parecer insensible ante la situación en Irak y Siria.
Nancy Reagan solía decir que los presidentes de Estados Unidos no se toman vacaciones, sino que cambian de escenario. La escapada veraniega de Barack Obama parecía el ejemplo perfecto de ese dicho, hasta que el cóctel de golf y crisis resultó demasiado amargo incluso para algunos de sus aliados.
Las vacaciones que Obama concluye este domingo alcanzaron un punto crítico el miércoles, cuando compareció ante la prensa para declararse "desconsolado" por el asesinato del periodista estadounidense James Foley a manos del Estado Islámico (EI) en Siria. Apenas terminó su solemne declaración, el mandatario se entregó a su afición favorita, sin impedir que las cámaras lo retrataran sonriente y relajado en la pista de golf.
"El video (del asesinato de Foley) era tan estremecedor que la idea de que inmediatamente después (Obama) corriera a la pista de golf fue demasiado para mucha gente. Fue como mirar hacia otra parte", dijo un veterano estratega demócrata, Jim Manley, al diario The New York Times.
A lo largo de su mandato, Obama se ha resistido a interrumpir sus vacaciones en reacción a las últimas crisis y ha gestionado desde la exclusiva isla de Martha's Vineyard (Massachusetts) la respuesta federal a los disturbios en Ferguson, Misuri, o los avances del EI en Irak, dos difíciles sucesos que se han solapado con su descanso.
Pero sus mañanas de trabajo y tardes de ocio han generado titulares graves acompañados de fotografías sonrientes, en un conflicto de imagen que se agudizó cuando el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, canceló sus vacaciones tras detectar un acento británico en uno de los captores de Foley grabados en video.
"El presidente fue insensible en este caso, y se está extendiendo la imagen de un Obama distante", indicó un experto en gestión política en la Universidad George Washington, Christopher Arterton. "Uno de los puntos fuertes de Obama es su capacidad de distanciarse de las situaciones para decidir, pero eso puede llevar a la insensibilidad. El lenguaje que Obama usó (en su declaración sobre Foley) fue flagrantemente diferente de la acción que le siguió (la partida de golf)", añadió Arterton.
Las críticas a ese gesto han llegado desde miembros del Congreso a asesores demócratas como Manley, pasando por el ex vicepresidente republicano Dick Cheney, que acusó a Obama de "preferir estar en la pista de golf que lidiando con la crisis" en Irak y Siria.