Las estatuas de Nemrut, un tesoro frágil
Se cree que la tumba del propio rey se halla en el interior del impresionante cono.
Leones y águilas, reyes y dioses rodean una montaña artificial de unos 50 metros de altura, un perfecto cono, es el Monte Nemrut en el sureste de Turquía, un lugar donde se cruzan la Grecia clásica y los reyes persas, la arquitectura y los misterios arqueológicos.
Nemrut, un monte artificial a 2.200 metros sobre el nivel del mar, es una instalación del siglo I a.C., erigida por el rey Antíoco I de Comagene, un reino que fusionaba tradiciones helénicas, persas y armenias.
Se cree que la tumba del propio rey se halla en el interior del impresionante cono, de 50 metros de alto y 145 de diámetro, pero es imposible de excavar: toda la colina consiste de pequeños fragmentos de piedra entre las que no se pueden abrir zanjas ni galerías sin destruir todo el monumento.
A pesar de que no se ha podido revelar el misterio, lo que queda a la vista es suficientemente impactante: decenas de esculturas talladas en piedra calcárea que siembran sendas terrazas al este y al oeste del imponente cono.