Griegos votan más desencantados tras 6 años de recesión
La economía sigue sin despegar.
Dos años y medio después de las últimas elecciones generales los griegos vuelven a estar convocados a las urnas, esta vez aún más desencantados, pues nada en sus vidas ha cambiado: la economía no despega, las recetas de la austeridad han fracasado y la pobreza se ha acentuado.
Tras seis años de recesión, 2014 fue el primero en que Grecia registró un leve crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB), que según las cifras provisionales del Gobierno -las oficiales se conocerán en febrero- fue del 0.6 % real.
El turismo, la principal fuente de ingresos del país, ha remontado en el último año y las previsiones del sector apuntan a que en 2015 Grecia superará la cifra récord de 21.5 millones de visitantes del pasado ejercicio.
Sin embargo, este incremento no se ha notado en los comercios, muchos de los cuales incluso han reportado pérdidas y ni siquiera los periodos de rebajas y Navidad han servido para cuadrar sus cuentas.
Tampoco la mejora de las cifras macroeconómicas ha llegado a los bolsillos de los ciudadanos que han visto como desde el inicio de la crisis han visto reducidos sus ingresos en un 40%.
Esto ha generado una nueva clase de pobres en Grecia, aquellos que incluso conservando su trabajo tienen muy difícil llegar a fin de mes y afrontar los gastos corrientes como la luz y la calefacción, que en casos extremos se han convertido en un lujo.
Yannis trabaja en una tienda del céntrico barrio ateniense de Omonia desde hace seis años, cuando empezó la crisis.
"Trabajo desde que tenía 16 años. Antes de la crisis trabajaba menos y cobraba más y ahora trabajo mucho más y gano menos", asegura a Efe y añade que aún así su tienda de productos a 1 euro no se ha visto tan afectada, pues sus ocho trabajadores han conservado el empleo.
"Hemos tocado fondo, es imposible que la situación no mejore", afirma.
El paro continúa siendo el problema más grave pues, según los últimos datos, roza el 26 % y más del 50 % en los jóvenes, lo que ha provocado que muchos de ellos hayan optado por dejar el país en busca de oportunidades en el extranjero o esperar a que la crisis pase aceptando trabajos a tiempo parcial y, en ocasiones, muy precarios.