“Falsa compasión” la eutanasia y el aborto: Papa Francisco
Señala que jugar con la vida humana es “un pecado contra Dios creador".
El Papa Francisco calificó como una “falsa compasión” prácticas como el aborto o la eutanasia, y advirtió que jugar con la vida humana es “un pecado contra Dios creador”.
Al reunirse en el Aula Pablo VI del Vaticano con miembros de la Asociación de Médicos Católicos Italianos, con motivo del 70 aniversario de su fundación, el pontífice hizo estas reflexiones sobre la vida.
“La vida humana es siempre sagrada y de calidad, no existe una vida humana más sagrada que otra, como no hay una vida humana cualitativamente más significativa que otra, sólo en virtud de medios, derechos, oportunidades económicas y sociales mayores”, subrayó.
El Papa advirtió que, no obstante los avances de la ciencia y la tecnología, en la actualidad parece que ha disminuido la capacidad de hacerse cargo de las personas, sobre todo las que están sufriendo, frágiles e indefensas.
Denunció que “el pensamiento dominante” propone, a veces, una “falsa compasión” que pretende considerar como “una ayuda” para las mujeres el favorecer el aborto, o que sea “un acto de dignidad” procurar la eutanasia.
Agregó que esta forma de pensar plantea como una “conquista científica” el “producir un hijo” como si fuese un derecho en lugar de acogerlo como un don, o usar vidas humanas como “ratones de laboratorio” para salvar presumiblemente otros.
“Estén atentos, experimentar con la vida, jugar con la vida, es un pecado contra Dios creador”, estableció el Papa Jorge Mario Bergoglio, tras recordarle a los médicos que el juramento de Hipócrates los empeña en ser “siempre servidores de la vida”.
Según el pontífice la compasión verdadera acompaña en el momento de la necesidad, como el personaje bíblico, el “buen samaritano”, que mira el sufrimiento, tiene compasión, se acerca y ofrece ayuda concreta.
Por eso sostuvo que los médicos, quienes de manera cotidiana entran en contacto con tantas formas de sufrimiento, deberían hacerse cargo de las personas en dificultad, en especial los ancianos, enfermos y discapacitados.
“La fidelidad al evangelio de la vida y al respeto de ella como don de Dios, a veces exigen decisiones valientes y contracorriente que, en particulares circunstancias, pueden incluir la objeción de conciencia”, sentenció.