Disidentes cubanos se reúnen con jefa de la delegación de EU
Al encuentro asistieron siete prominentes disidentes.
La jefa de la diplomacia estadounidense para América Latina, Roberta Jacobson, se reunió este viernes con varios disidentes cubanos en La Habana, un día después de participar en las primeras conversaciones de alto nivel entre ambos países en 35 años.
Jacobson, quien también visitará al cardenal cubano Jaime Ortega, fue anfitriona de un "desayuno de trabajo" al que asistieron siete prominentes disidentes, entre ellos Martha Beatriz Roque, Miriam Leiva, José Daniel Ferrer y Elizardo Sánchez.
También fue invitada la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, pero ella no acudió aduciendo que la mayoría de los invitados apoya la nueva política estadounidense hacia Cuba, a la que ella se opone.
"No participé, mi decisión se debe a que no hubo balance en los participantes en cuanto a diversidad de opiniones", dijo Soler a la AFP al explicar sus razones para no aceptar la invitación de Jacobson.
Sin embargo, otros críticos del acercamiento entre Washington y La Habana, como Guillermo Fariñas y Antonio González-Rodiles, sí acudieron al encuentro, lo mismo que Héctor Maseda, el marido de la fallecida fundadora y exlíder de las Damas de Blanco, Laura Pollán.
"La reunión (con Jacobson) fue muy cordial, estamos complacidos con este encuentro. No puedo hablar por toda la sociedad civil cubana, pero estoy satisfecho con la posición diplomática norteamericana y la democracia norteamericana en todo su sentido plural", dijo Elizardo Sánchez, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos.
"Esta cuestión de que si saludamos o no el diálogo con el gobierno norteamericano yo diría que es secundaria, que lo importante es que nos mostremos unidos en la libertad, democracia y respeto a los derechos humanos, son las cuestiones fundamentales de este caso", dijo José Daniel Ferrer, quien dirige un grupo opositor muy activo en el oriente de la isla.
Washington ha sido el principal aliado y benefactor de los opositores cubanos durante medio siglo.
El encuentro con los disidentes se desarrolló en la residencia del jefe de la Sección de Intereses (SINA), que opera en ausencia de embajada. La mansión con lámparas de cristal, cancha de tenis y piscina, está situada en una zona de enormes residencias diplomáticas en el oeste de La Habana.