Luz, dibujante de Charlie Hebdo, publica "Catarsis" tras atentado
El dibujante francés Luz, uno de los pilares de Charlie Hebdo, publica este jueves un álbum titulado "Catarsis" en el que cuenta cómo se recuperó poco a poco del atentado del 7 de enero, que diezmó la redacción del semanario satírico.
"Un día el dibujo me abandonó, el mismo día que un puñado de amigos queridos. Con la única diferencia de que él volvió. Poco a poco. A la vez más sombrío y más liviano", escribe Luz en la tapa de este álbum sumamente personal, publicado por la editorial Futuropolis. El dibujante anunció a principios de esta semana que dejará el semanario en septiembre por "opción personal", explicando que para él se ha vuelto "muy difícil trabajar sobre la actualidad".
En su álbum, con estilos gráficos diferentes, cuenta la historia de su "reencuentro" con el dibujo y recrea el caleidoscopio de su vida tras el asesinato de sus amigos en los locales del periódico: las pesadillas, la escolta policial que muestra siguiéndolo hasta su dormitorio, las escenas de amor con su compañera. "Este libro no es un testimonio, y aún menos una obra de cómic", escribe Luz.
Autor de la tapa del primer número de Charlie Hebdo publicado tras la matanza en la redacción, Luz hace pocas alusiones al islam o a los integristas en este libro, de tono a menudo íntimo. En el número de los "sobrevivientes", dibujó a Mahoma sosteniendo un cartel con la frase "Je suis Charlie" (Yo soy Charlie), el lema de las manifestaciones masivas de repudio que siguieron al atentado. Ese dibujo, que llevaba el subtítulo "todo está perdonado", provocó manifestaciones de protesta en el mundo musulmán. Posteriormente, Luz declaró no dibujaría más a Mahoma. "Ya no me interesa", dijo.
En "Catarsis", dialoga con el entuerto que lleva en el vientre, que está ahí "para impedirle olvidar", pero también con su propio doble en la tumba de su amigo Charb, director de Charlie, una de las 12 víctimas del atentado. Después del ataque, sólo lograba dibujar pequeños seres con los ojos espantados, paralizados de horror. Al final de "Catarsis", los hombrecitos tienen la misma mirada, pero han recuperado el movimiento.