Detienen a madre de niños muertos en Australia
Ha sido señalada como la presunta responsable del asesinato de sus siete hijos y su sobrino.
La madre de siete, de los ocho niños hallados muertos en una casa de la norteña ciudad australiana de Cairns, en Queensland, fue detenida por el presunto asesinato de menores de entre los dos y 14 años de edad, informó la Policía.
"La madre de varios de los niños implicados en este incidente ha sido arrestada durante la noche y está bajo custodia policial en el hospital Cairns Base", indicó el inspector Bruno Asnicar, responsable la Policía criminal regional, en declaraciones a la prensa.
La mujer, identificada como Mersane Warria, de 37 años de edad y quien fue encontrada con heridas en el pecho y el cuello, ha sido señalada como la presunta responsable del asesinato de sus siete hijos y su sobrino, según un reporte de la cadena australiana ABC.
Los cuerpos cuatro niñas, de dos, 11, 12 y 14 años y cuatro niños, de cinco, seis, ocho y nueve años, fueron encontrados muertos la víspera al interior de una casa del suburbio de Manoora, a unos cuatro kilómetros del Distrito Central de Cairns, en el estado de Queensland.
Asnicar explicó que la madre estaba lúcida, despierta y está siendo interrogada por la Policía sobre lo sucedido, tras confirmar que tenía varias heridas de arma blanca en el torso, aunque no precisó si ella misma se las hizo.
La tragedia, que ha conmocionado a la sociedad australiana, fue descubierta por el hijo mayor, de 20 años, de la mujer detenida, al llegar el viernes por la mañana a su casa, por lo que llamó a la Policía de Cairns.
Los equipos de médicos forenses continúan trabajando en la casa, mientras que los cadáveres de los ocho menores fueron enviados a la morgue, para practicarles la autopsia y determinar las causas de su muerte, que no ha sido revelada por las autoridades.
"Las autopsias se practicarán hoy (sábado). Y tras las mismas podremos dar información", dijo el inspector Asnicar, mientras que residentes de Cairns continúan llevando flores y regalos en un santuario improvisado afuera de una casa donde se encontraron los ocho niños muertos.
La tragedia se registra en momentos en que los australianos intentan recuperarse de la toma de rehenes en un café de Sidney a principios de la semana, que terminó con la vida de dos personas y del secuestrador, en un operativo de la Policía.