Descartan en Colombia firmar con las FARC una “paz armada”
Señalan que el proceso de paz avanza sobre bases sólidas.
El general Óscar Naranjo, negociador del gobierno con las FARC, aseguró este jueves que “nunca se ha considerado firmar una paz armada” en La Habana, sede de los diálogos con la guerrilla desde noviembre de 2012.
El ex director general de la Policía de Colombia explicó en la Casa de Nariño cómo será el proceso para disminuir el conflicto armado en Colombia, que lleva más de cinco décadas con cerca de 300 mil muertos y siete millones de víctimas.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció la víspera que los negociadores del gobierno se abocarán en La Habana a discutir con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) un cese al fuego bilateral y de hostilidades.
Naranjo sostuvo que los colombianos y la comunidad internacional pueden tener la seguridad que el proceso de paz avanza sobre bases sólidas, con seriedad y planeamiento por parte del gobierno central.
El general insistió que las pláticas en La Habana con la guerrilla de las FARC tienen como base que los insurgentes dejen las armas y participen en la vida política colombiana con todas las garantías del Estado. “Nunca se ha considerado la firma de un acuerdo sobre base de una paz armada (...) la participación política es la base de esta negociación. No habrá paz armada en Colombia”, enfatizó el integrante del equipo negociador del gobierno de Santos.
Explicó que la mesa en La Habana es la instancia para superar todas las posiciones antagónicas que se presentan entre las partes, como la posición que han esgrimido los negociadores de las FARC de no entrega de armas.
El objetivo de este proceso, insistió, es poner fin a la guerra interna de manera definitiva, garantizar la convivencia entre los colombianos, su seguridad y más democracia para que los guerrilleros una vez se desmovilicen participen en la vida política nacional. Comentó que para reducir la intensidad del conflicto armado es necesario que las partes lleguen a acuerdos para ubicar y levantar campos minados, lo que Naranjo calificó como “descontaminación de campos minados”.
Igualmente es importante ubicar a los miles de colombianos que están desaparecidos en el marco del conflicto interno, y terminar con el reclutamiento de niños para la guerra.
"Poner fin a un conflicto significa llegar a un cese bilateral y definitivo de las hostilidades", enfatizó al tiempo que resaltó la experiencia de los oficiales que se sumaron a la mesa de negociaciones para aportar detalles técnicos en función de un alto al fuego.
Naranjo advirtió que la Fuerza Pública mantiene sus operaciones para garantizar la seguridad de todos los colombianos y aseguró que aún el presidente Santos no ha dado orden de suspender bombardeos contra los campamentos de la guerrilla. "Una decisión de suspensión de los bombardeos no se ha dado (...) el gobierno ha manifestado su interés para que se vayan tomando decisiones para reducir la capacidad de generar violencia", señaló.
En cuanto a la lucha contra las drogas, Naranjo destacó la posición de las FARC en la mesa de negociación en el sentido de romper todos los vínculos con el narcotráfico y cooperar en la lucha integral contra ese ilícito.
Para Naranjo, es “indiscutible que el narcotráfico ha estado en la financiación de la violencia en Colombia” y enfatizó que un acuerdo de paz “por nada del mundo abrirá espacio a la impunidad”.