Beatifican a monseñor Oscar Arnulfo Romero
Bajo un inmenso arcoíris que atravesó en el cielo, miles de personas vibraron con la declaración de beatificación de monseñor Oscar Arnulfo Romero; en un acto presidido por el prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos del Vaticano, el cardenal Angelo Amato.
La beatificación del arzobispo asesinado el 24 de marzo de 1980, cuando oficiaba misa, fue objeto de polémica al interior de la iglesia local y en el Vaticano, así como en una polarizada sociedad salvadoreña que aún no supera los problemas que originaron la guerra civil (1980-1993) y de la cual el magnicidio fue uno de los detonantes.
El prefecto exhortó a los salvadoreños a que la beatificación "sea una fiesta de paz, fraternidad y perdón... Beato Romero, ruega por nosotros", dijo al concluir la homilía.
Al inicio del acto, Amato leyó la declaración de Beato emitida por el Papa Francisco e inmediatamente ingresaron las reliquias de Romero: la camisa que usaba el día en que lo asesinaron y una palma, ya que su funeral se realizó un Domingo de Ramos.
Los organizadores esperaban la participación de más de 260 mil personas entre invitados especiales e integrantes de las comunidades eclesiales de diferentes puntos del país y del extranjero, que mantuvieron presente la figura de Romero en la vida de los más pobres.