Bashar Al-Assad asume tercer mandato presidencial en Siria
El mandatario destacó que el pueblo sirio optó por no rendirse ni arrodillarse.
El presidente de Siria, Bashar al-Assad, prestó este miércoles juramento para un tercer mandato de siete años, con la promesa de reconstruir el país, combatir al terrorismo sin tregua, realizar reconciliaciones y luchar contra la corrupción.
Ante la Asamblea del Pueblo, donde juró sobre el Corán, al-Assad garantizó respetar la Constitución, leyes y sistema republicano del país, así como proteger los intereses y libertades del pueblo, informó la agencia siria de noticias SANA.
Enseguida pronunció un discurso en el que elogió al pueblo sirio por votar y “derrotar la guerra sucia”, al señalar que las elecciones presidenciales del pasado 4 de junio fueron un referéndum a favor de la soberanía y en contra del terrorismo en todas sus formas.
“El pueblo sirio optó por no rendirse ni arrodillarse”, destacó el mandatario durante la ceremonia en el Palacio Presidencial, transmitida por la televisión estatal. Al-Assad advirtió a los países que apoyan al terrorismo que pagarán un alto precio por ello.
Renovó su llamado a quienes fueron embaucados para usar las armas contra el Estado para que se rindan, al asegurar que su gobierno no parará la lucha contra el terrorismo hasta que restablezca la seguridad en todo el país.
El mandatario sirio, en el poder desde el año 2000 tras la muerte de su padre Hafez al-Assad, anunció que durante su tercer mandato impulsará un diálogo nacional sobre el futuro del país y luchará contra la corrupción en todos los sectores. Asimismo, resaltó que la reconstrucción de la economía del país caracterizará la próxima etapa, la cual se desarrollará junto con la reanimación de los demás sectores.
Sobre su triunfo electoral, en el que obtuvo 88.7% de los votos, indicó que “los sirios vencieron de todas las maneras el miedo e hicieron fracasar al enemigo”, pues los ciudadanos se aferraron a la patria y rechazaron la discordia, así como el terrorismo.
Las elecciones presidenciales se celebraron el pasado 4 de junio en Siria, en medio de la guerra civil que ha dejado más de 170 mil muertos desde el pasado 15 de marzo de 2011, cuando empezó una revuelta popular contra el régimen de al-Assad.
El mandatario, apoyado por Rusia e Irán, ha desafiado las peticiones realizadas por los países occidentales de dejar el poder como exige la oposición siria.