Vaticano niega cambio en doctrina para divorciados
Señala que aquéllos que se hayan divorciado no pueden comulgar, ni los casados con divorciados.
El Vaticano negó este jueves que haya cambiado la doctrina de la Iglesia en materia de la comunión, tras una encendida polémica por la llamada del Papa a una mujer argentina casada con un divorciado a la cual le recomendó que comulgara no obstante su situación.
Con una declaración oficial el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, salió al cruce del debate suscitado en las últimas horas respecto a la noticia de la comunicación entre Francisco y Jacqueline Lisbona.
El sacerdote jesuita sostuvo que el Papa ha hecho muchas llamadas telefónicas “en el ámbito de sus relaciones personales pastorales” pero precisó que las mismas no forman parte de la actividad pública del Papa.
Insistió que, por ello, no se pueden esperar informaciones o comentarios oficiales por parte de la sala de prensa vaticana sobre cada uno de estos telefonemas.
“Las noticias difundidas sobre esa materia -ya que están fuera del ámbito propio de las relaciones personales- y su amplificación mediática no tienen por lo tanto confirmación alguna de fiabilidad y son fuente de malentendidos y confusión, indicó.
“Por lo tanto hay que evitar deducir de esta circunstancia consecuencias relativas a la enseñanza de la Iglesia”, agregó.
La polémica surgió de la noticia, que trascendió en Argentina y dio la vuelta al mundo. “El Papa asegura que un divorciado no hace mal a tomar la comunión”, ese fue el titular que inundó en las últimas horas los medios de comunicación.
La propia Lisbona aclaró que ella no es la divorciada sino que esa es la condición de su marido, Julio Zabeta, mientras ella nunca se casó por la Iglesia. Ambos están unidos en matrimonio civil desde hace 19 años y tienen dos hijas.
“Eramos de ir a misa, no todos los días. Acá en casa rezamos todas las noches, se le pide a Dios todo el tiempo, cuando uno está en una situación apremiante al primero que le pide es a Dios. Escribir la carta se me ocurrió, me salió”, contó la mujer en declaraciones a radio La Red de Buenos Aires.
Relató además que el año pasado ella buscó acceder de nuevo a la comunión y el sacerdote local no sólo le dijo que no podía comulgar, también le señaló que no podía acceder al sacramento de la confesión. “(Me explicaron que) cuando volvía a mi casa, volvía a estar en pecado”, añadió.
Agregó que fue entonces cuando le escribió al Papa Francisco explicándole toda la situación. La carta la mandó en el mes de septiembre de 2013.
“Sonó el teléfono y atendió mi marido. Dijo que era el padre Bergoglio. El padre pidió por mí y (mi esposo) preguntó: ‘de parte de quién’. Él respondió: ‘el padre Bergoglio’. Yo le pregunté si en realidad él era el Papa y me dijo que si, que estaba respondiendo a mi carta del mes de septiembre”, añadió.
Durante la entrevista Lisbona no quiso ofrecer muchos detalles, pero confirmó el consejo de Francisco: que se acercase a comulgar “sin problemas”. Y apuntó: “Esto tomó un estado público demasiado grande. Me dijo que fuera a tomar la comunión a otra parroquia, pero ahora no voy a poder ir a ningún lado”.
Además reveló un detalle curioso: el sacerdote que le negó la comunión ya no ejerce el ministerio. Pidió la dispensa para casarse con una mujer.
Según la señora el Papa le habría dicho que “está tratando el tema” de los divorciados y vueltos a casar, en una clara referencia a las próximas dos asambleas del Sínodo de los Obispos (2014 y 2015), dedicadas a la pastoral familiar. “Aseguró que mi carta le servía para tratar este asunto”, apuntó.
“(En un momento) me dijo que hay curas más papistas que el Papa. Ahora estoy sobrepasada por la dimensión que tomó el caso, estoy emocionada por haber hablado con Francisco. Le dije que le iba a escribir de nuevo cuando vaya a tomar la comunión”, estableció.