Restos no identificados de víctimas ensombrecen a museo del 11-S en NY
Para los quejosos, los restos de sus familiares serían usados como una “atracción de museo”.
Los casi ocho mil restos no identificados de las víctimas de los ataques a Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001 (11-S) han arrojado una sombra al recinto consagrado a guardar la memoria del más atroz atentado de la historia en territorio estadunidense.
Varias familias de las víctimas se apostaron el pasado fin de semana para protestar porque los restos de sus familiares fueron colocados en el memorial del 11-S debido a que junto se encuentra el museo que conmemora el sitio histórico y que, presumiblemente, se convertirá en una atracción turística.
Las protestas fueron reanudadas el jueves pasado, cuando el presidente Barack Obama en compañía de otros funcionarios inauguraron de manera oficial el museo. Para los quejosos, los restos de sus familiares serían usados como una “atracción de museo”.
Sally Regenhard, cuyo hijo bombero de 28 años perdió la vida en las labores de rescate, explicó que muchos “murieron por la ciudad y por su país, y ahora son tratados como una exhibición de museo. Mi hijo es usado como una herramienta de mercadotecnia para el museo del 11-S”.
Entrevistada por el canal CNN, Regenhard indicó que ella como muchas otras familias buscaban que los restos de sus familiares tuvieran un memorial separado del museo, debido a que el recinto subterráneo donde se encuentra actualmente tiende a inundarse.
Otros de los puntos de enfrentamiento entre las autoridades y los familiares es que el museo cobrará una entrada de 24 dólares por persona, lo que parece inapropiado para un sitio que funge para ellos como un cementerio.
La percepción de que los restos serán usados para promover el museo ha persistido pese a que las autoridades a cargo, la Oficina Forense de la ciudad, han señalado que estos están albergados en un cuarto privado, al que sólo tendrán acceso las familias, sin ningún costo.
Las protestas fuera del museo fueron el más reciente esfuerzo de las familias por ser tomadas en cuenta sobre dónde depositar los restos, luego de que en 2011 fracasaran en su intento de llevar el caso ante un juez y solicitaran una audiencia en el Congreso.
El esfuerzo, sin embargo, puede no ser el último. Ginger y Al Petrocelli perdieron a su hijo de 28 años en los ataques, y durante la protesta del jueves expresaron que planean solicitar al alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, que reubique los restos.
Entrevistado por el canal local PIX11, el matrimonio expresó que la decisión de colocar a los restos en el memorial era “una falta de respeto”, y que buscaba por ello que fueran ubicados en un sitio en la superficie.
Así, la incomodidad de algunas familias ensombreció el mensaje de Obama durante la inauguración, quien afirmó que el sitio debía ser “un lugar de esperanza y curación”, que reafirmara el verdadero espíritu del 11-S, de “amor, compasión y sacrificio”.
Los siete mil 930 restos no identificados de las víctimas del 11-S representan el 36 por ciento de los más de 20 mil restos recuperados tras los ataques.