Papa se reunirá con 700 familiares de víctimas de la mafia
Este es el primer encuentro en su tipo.
El Papa se reunirá el próximo viernes en una iglesia cercana al Vaticano con unos 700 familiares de víctimas del crimen organizado, con la asociación católica antimafia Libera, según anunció este sábado un comunicado de la Santa Sede.
Este encuentro, el primero de este tipo, se realizará en la víspera de la XIXª "Jornada de la memoria y del compromiso", organizada por el fundador de Libera, Don Luigi Ciotta, en Latina, al sur de Roma.
El Papa se entrevistará con los familiares de las víctimas en la iglesia de San Georgio VII, justo del otro lado de los muros del pequeño Estado. En línea con sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, el Papa se Francisco ha demostrado ser muy sensible a la lucha contra los tráficos y el crimen organizado.
El pasado mes de mayo, con motivo de la beatificación en Palermo de un obispo asesinado por un banda mafiosa, Giuseppe (Pino) Puglisi, Francisco declaró en el Vaticano: "es él quien ganó, con el Cristo" en su lucha por substraer a los jóvenes palermitanos de la influencia de la Cosa Nostra. Libera es una asociación volcada en la lucha contra las mafias italianas (principalmente la Cosa Nostra, originaria de Sicilia, 'Ndrangheta, de Calabria, y la Camorra, de Campania). Se ha especializado, entre otros, en la reconversión de bienes confiscados a estas organizaciones.
El Vaticano y su banco, el IOR, han recibido en el pasado fondos de dinero sucio procedente de la mafia y aprovechado inversiones inmobiliarias dudosas. A día de hoy las investigaciones siguen tratando de aclarar los vínculos entre un puñado de prelados y la criminalidad italiana.
El fiscal adjunto de Reggio de Calabre, Nicola Gratteri, declaró en noviembre al diario Il Fatto Quatidiano que "los jefes mafiosos no dudarían en hacer una zancadilla" al Papa Francisco, si pudieran, porque "está desmantelado los centros del poder económico en el Vaticano". El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, trató luego de neutralizar los rumores alarmistas, afirmando que el pequeño Estado estaba "extremadamente tranquilo".