Mascota del mundial en peligro de extinción
La copa del mundo no está ayudando mucho a al inspirador de “Fuleco”.
A este armadillo bola nunca le habían tomado tantas fotos. Es que este pequeño animal, también conocido como Tatú-bola, es la mascota del Mundial 2014.
Pesa menos de un kilo y se alimenta de hormigas, raíces y frutas. Pero así de simpático como se ve, está en peligro de extinción, principalmente por la caza y la destrucción de su hábitat: la región árida de Caatinga, en el nordeste de Brasil.
El personaje de la FIFA fue bautizado “Fuleco”: la combinación de las palabras “fútbol” y “ecología”. Cuando huele el peligro, el armadillo se encoge y adopta la forma de un balón.
Pero la copa del mundo no lo está ayudando mucho. Conservacionistas denuncian que ni un dólar del dinero recaudado por el marchandising con su imagen se destina a la protección de la especie.
Científicos de Brasil han lanzado una campaña en la que reclaman a la FIFA y al gobierno que cada gol del Mundial sea transformado en mil hectáreas de protección de la Caatinga.
Sus defensores quieren que su elección como mascota del Mundial no sea apenas simbólica, sino que también contribuya con la conservación de esta especie tan carismática.