Papa pide amar a la escuela y dar dignidad a los maestros
Dijo que ir a la escuela significa abrir el corazón y la mente a la realidad.
El Papa Francisco llamó este sábado a amar la escuela que “abre la mente y el corazón a la realidad”, y pidió restituir dignidad al papel de los maestros.
En un discurso en la plaza de San Pedro ante miles de personas, que asistieron a la manifestación “La Iglesia por la escuela”, el Pontífice resaltó que “no tenemos derecho a tener miedo de la realidad”.
“Ir a la escuela significa abrir el corazón y la mente a la realidad, con la riqueza de todos sus aspectos y de todas sus dimensiones”, dijo el Papa Jorge Mario Bergoglio.
Subrayó que en los primeros años escolares se aprende “a 360 grados”, y después se elige una formación en la cual especializarse. “Pero, si uno aprende a aprender, y este es el secreto, ello le queda para siempre, se vuelve una persona abierta a la realidad”, afirmó.
Según los organizadores, al acto asistieron unas 300 mil personas, entre estudiantes, maestros y dirigentes del mundo de la educación arribadas de toda Italia, lo que puso en jaque a la Ciudad Eterna.
Francisco arribó a la plaza de San Pedro en un vehículo abierto, desde el que saludó y bendijo a la multitud. “Por favor, no nos dejemos robar el amor por la escuela”, exhortó a los participantes en el encuentro, promovido por la Conferencia Episcopal Italiana.
Destacó que la familia es el primer núcleo de relaciones del menor, pero que en la escuela se aprende a socializar, se conocen personas diferentes por edad, cultura y origen, por lo que “la escuela es la primera sociedad que integra a la familia”.
“La familia y la escuela no deben ser nunca contrapuestas, van de la mano”, aseguró el Pontífice.
Francisco también recordó a la maestra que le enseñó a leer y escribir cuando él tenía seis años y a la que –dijo- nunca dejó de visitar hasta que ella murió, a los 98 años de edad.
Resaltó que los maestros son los primeros que deben tener abierta la mente a la realidad y a aprender nuevas cosas. También pidió dar dignidad al papel de los maestros, cuyo trabajo “debe ser calificado y gratificante”.