Exponen memoria fotográfica de refugiados palestinos
Una labor titánica de documentación iniciada en 1948.
Conservar la memoria de una tragedia humana que arrancó como una injusticia temporal y 66 años después presenta trazas de duradera, fue la tarea que se impuso hace cuatro años la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
Una labor titánica de documentación iniciada en 1948, el mismo año en el que millones de palestinos fueron expulsados de sus casas por las fuerzas sionistas y que ahora se presenta al público en una muestra fotográfica en Gaza.
Entendida también como una prueba de la perseverancia de esta agencia, que funciona como un gobierno -con sus beneficios pero también rémoras-, no es más que la primera muestra de los más de 525 mil archivos de imagen que la UNRWA ha comenzado a digitalizar con ayuda de Francia y Dinamarca.
"Un recorrido" que permite observar como aquello que comenzó hace más de medio siglo con precarias tiendas de campaña se ha perpetuado en poblados chabolistas, barrios de cemento y hormigón, donde la miseria y la pobreza son endémicas.
Campamentos devenidos en laberintos de estrechas y oscuras callejas, polvorientas, donde hombres, mujeres y niños sobreviven gracias a la ayuda internacional entre grafitis que preservan el ayer y reivindican la solución a un problema que afecta a millones de personas en Jordania, Siria, el Líbano y la propia Palestina.
"Estas fotografías nos permiten conocer la historia y el doloroso y en ocasiones horrible camino que los refugiados palestinos han recorrido desde 1948", explicó el comisionado de la UNRWA, Pierre Krahenbuhl, durante la apertura de la exposición, que itinera desde noviembre.
Un fondo que tiene 430 mil negativos, 10 mil impresiones, 85 mil diapositivas, 75 películas y 730 cintas de vídeo, y que en 2009 la UNESCO incluyó en su lista de la "Memoria del Mundo", bien histórico mundial a preservar.
Y cuya digitalización está, desde 2013, en manos de jóvenes de los campos -unas 50 mil fotografías son tratadas en Gaza- y de la Biblioteca Real Danesa.
Fotos que muestran niños y niñas en blanco y negro que hoy son hombres y mujeres en color que jamás han podido abandonar el campo, y que miran con desespero al futuro, casi convencidos de que a sus hijos les aguarda el mismo horizonte.
"Israel nunca nos va a permitir que volvamos. Han pasado muchos años pero nosotros necesitamos una solución, no quiero que mi hijo esa uno más de los muchos retratados", explica a Efe Hasan Hamid, un refugiado del campo de refugiados "Beach Gaza".
Tendero de profesión, su único afán es que su hijo Saud, en edad adolescente, avance en los estudios que les provee la UNRWA y pueda escapar de la miseria.
La cuestión de los refugiados está considerada uno de los cuatro pilares fundamentales para la solución del conflicto entre palestinos e israelíes, junto con la delimitación de las fronteras, el reparto del agua y el estatuto final de Jerusalén.
Durante el último y fallido diálogo, mediado por EEUU, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, aseguró en la televisión israelí que un eventual acuerdo de paz no significaría una inundación en masa las tierras conquistadas por Israel.
Abás dejó entrever la posibilidad de un arreglo a través de un regreso limitado y compensaciones económicas para aquellos que no retornen, una decisión que, dijo, compete a cada afectado.
Según datos de la ONU, más de 700.000 palestinos se vieron obligados a abandonar sus casas en 1948 por la acción militar de Israel, que aún se niega a reconocer su responsabilidad en ese éxodo.
Decenas de miles más siguieron sus pasos en 1967, después de que el Ejército israelí ocupara Cisjordania y Gaza, y se apropiara de Jerusalén Este.
Hoy, alrededor de 1,5 millones viven repartidos en unos 60 campos, la mayoría de ellos en Palestina y en el Líbano, donde dependen casi exclusivamente de la UNRWA.
La UNRWA se preocupa de la educación, la salud y las infraestructuras de estos "barrios temporales" desde su fundación definitiva en 1950.
En Gaza, la situación de los cerca de los 800.000 refugiados -casi la mitad de la población de la Franja- empeoró tras la segunda intifada (2000-2005) y se ha deteriorado hasta el extremo debido al asedio militar al que Israel somete a sus habitantes desde 2007.
Aislada, los gazatíes y los refugiados ahora solo confían en que Egipto abra las fronteras y permita un pequeño alivio, aunque sea, como su situación, temporal.
"Mi mensaje a la comunidad internacional, a la comunidad de donantes y a la ONU es que este no es el momento de sentarse a mirar y a esperar, es el momento de involucrarse en Palestina, en Cisjordania y aquí en Gaza", manifestó Krahenbuhl.
"Y es el momento de que el bloqueo que asfixia la economía de Gaza llegue va su fin", agregó el suizo antes de reclamar apoyo para el nuevo gobierno de reconciliación nacional palestino.