Chile condenado a vivir con constantes terremotos: experta

Notimex Chile 05-04-2014 10:08

El terremoto de 8.2 grados es sólo uno más, señaló.

Chile está condenado a convivir con terremotos de diversas magnitudes debido a sus características geológicas, afirmó la experta en análisis de sismos de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), Paulina González.

Expuso que el terremoto de 8.2 grados en la escala de Richter que sacudió la zona norte del país el 1 de abril y dejó seis muertos y daños en viviendas y en la infraestructura vial, es sólo uno más y no el más destructivo de una historia sísmica del país.

Los terremotos son una constante del territorio, ubicado en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, y donde convergen las Placas de Nazca y la placa continental americana, las que al frotarse provocan movimientos telúricos de diversa magnitud y de manera cotidiana, dijo.

“El problema es que no existe una metodología que pueda predecir terremotos con mayor precisión”, lamentó la especialista en Ingeniera Civil con magíster en Ingeniería Sísmica. “Cuando se habla de que el movimiento sísmico del martes 1 de abril, no fue el ‘gran terremoto’ que se esperaba es porque el sismo de 1877, que afectó esa zona fue de una magnitud mucho mayor que éste, de entre 8.5 y 9.0” grados Richter, aclaró.

Explicó que “el terremoto del martes pasado tuvo una zona de falla de 200 kilómetros de longitud, de norte a sur y se estima que el de 1877 tuvo una zona de falla de unos 600 kilómetros y la diferencia fue el gran tsunami que afectó la zona en esa época”. Así la incertidumbre surge en la población tanto de la tensión vivida por la situación presente, como por la comparación con lo sucedido en el pasado, dijo.

González acotó que los testimonios históricos que algunas personas mantienen en la memoria hablan de que Arica terminó en el suelo y hubo grandes destrucciones y víctimas, pero no se cuenta con mediciones técnica.

Lo que caracteriza la situación es la incertidumbre, pero también la certeza de que los chilenos están condenados a convivir para siempre con los terremotos y sus consecuencias, reiteró la especialista.