Mientras que grandes cadenas aprovechan la contingencia del COVID-19, para elevar los precios de sus productos, pequeños comercios como el de Antonio se vienen en picada, sin embargo, no pierden la voluntad de ayudar a quien menos tiene.
- Con recursos propios y de manera gratuita, lleva pan y despensa a abuelitos de Yucatán que no pueden salir de casa.
No estamos preparados, para una pandemia, quizá nunca vamos a estar preparados para situaciones así, pero sí podemos estar preparados, para poder ayudar a otras personas necesitadas, ayuda al prójimo", Antonio Trujillo, panadero
Doña Anita tiene 73 años, vive sola, se apoya de una carriola pues tiene lesionada la cadera y la espalda, vecinos del lugar dieron a conocer su caso y Antonio no dudó en acudir.
Agradezco a dios y a este señor, pues muchas gracias...Dios le bendiga, estoy muy contenta pues porque creo que ya vieron cómo está mi vida y todo, muchísimas gracias, es todo lo que yo puedo decir", Ana María, abuelita
Antonio ha logrado sumar a otras personas a la causa, quienes también le han hecho llegar despensas a la gente. Con su inseparable "vocho", saca tiempo, para visitar domicilios de personas que urgen por ayuda.
Porque hay personas que no pueden salir, hay personas que están en una necesidad muy muy extrema como en algunos casos que, pues ahorita estamos conociendo, la gente nos ha estado mandando mensajes, mandando ubicaciones de algunos lugares, personas como Doña Anita que está en pobreza extrema", Antonio Trujillo, panadero
- Para Antonio, el COVID-19 solo podrá sacar lo peor o lo mejor de nosotros, y confía en que la única frontera que no se cierre, sea la del amor.