Carlos Iván padece autismo y es un niño que vive en su mundo interior, pese a ello, es un novel pintor tamaulipeco.
Las artes visuales le abrieron una ventana de oportunidad y ahora le permiten comunicarse así como convivir con sus padres y compañeros de escuela.
A los dos años le detectaron el trastorno del espectro autista y gracias a la guía de una profesora Iván empezó a pintar hace cuatro años, hoy ha expuesto en las principales galerías de Ciudad Victoria.
- Actualmente cursa la secundaria y esperan que termine una carrera universitaria.
Su historia ha demostrado que no hay límites y el arte se ha vuelto su lenguaje alternativo.