Descubren en Guerrero fósiles de bisonte del Pleistoceno Tardío
Es la primera vez que se hallan en territorio sureño restos de este ejemplar.
Durante las excavaciones y el nivelado de un terreno, previo a la construcción de una vivienda en el poniente de la ciudad de Chilpancingo, Guerrero, fueron descubiertos los restos fósiles de diversas especies del periodo Pleistoceno Tardío (11 mil años a.C.), entre ellos de bisonte (Bison latifrons) y de pecarí (Tayassu pecari), antepasado del jabalí, localizados por primera vez en esa entidad.
El dueño del predio fue quien reportó al arqueólogo Miguel Pérez Negrete, del Centro INAH-Guerrero, la existencia de los restos óseos en su terreno. Posteriormente, para realizar un rescate arqueológico se solicitó autorización al Consejo de Arqueología del INAH, cuya labor quedó bajo la responsabilidad del arqueólogo Antonio Hermosillo Worley.
Después de la excavación, al analizar los fósiles se concluyó que las piezas dentarias, fragmentos de vértebras y huesos largos encontrados, pertenecen a diversos ejemplares de megafauna, sobresaliendo la presencia de los restos de bisonte, especie originaria del norte del continente.
Sobre la presencia de los restos del extinto bóvido en la región, Hermosillo Worley explicó que en la época en la que se poblaron estas latitudes, en la última glaciación, muchos mamíferos migraron a esos territorios debido a los cambios climáticos.
“Lo mismo sucedió con el pecarí, pues restos de estas especies sólo se han encontrado fuera de su área natural en Veracruz, Puebla, el estado de México y Querétaro”.
El terreno donde se registró el hallazgo se ubica en el Cerro del Culebreado de Chilpancingo. “Son los primeros restos de bisonte que se hallan en un territorio tan sureño; también se localizaron huesos de pecarí, proveniente de Norteamérica, así como de un gonfoterio (Gomphotheriidae), que es una especie emparentada con los elefantes actuales”, detalló el arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
La zona centro de Guerrero, dijo, es rica en yacimientos, ejemplo de ello es que cerca de Chilpancingo se han encontrado restos de otras especies, como el gliptodonte o armadillo gigante (Glyptodon clavipes) y el perezoso gigante (Megatherium), mientras que en la región de La Montaña se han hallado fósiles marinos de diversas especies, que en suma, le otorgan a esta entidad un papel importante a nivel paleontológico por los múltiples sitios pertenecientes a las eras geológicas Paleozoica, Mesozoica y Cenozoica.
Los fósiles fueron trasladados al Laboratorio de Paleofauna del Centro INAH-Morelos, dirigido por el doctor Eduardo Corona Martínez, para su limpieza, identificación y restauración.