Ganador de Tabasco en Olimpiada del Conocimiento viajará a DF
Será apoyado por sus familiares con los gastos pese a que no tienen la capacidad económica.
Héctor Miguel Velásquez Rodríguez, un niño de 12 años de edad, vecino de la ranchería Pino Suárez primera sección de Comalcalco, Tabasco, y que fue abandonado por sus padres, dejado en manos de su abuela y sus tíos de origen humilde, el próximo 27 de Julio se reunirá con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, debido a que ganó en esta municipalidad en la Olimpiada del Conocimiento.
Sin embargo, de acuerdo a un reporte de Diario Presente, el menor no cuenta con los más mínimos y básicos recursos en su vida diaria, en ocasiones únicamente come una vez al día. Él lee y estudia libros que obtiene en la biblioteca del lugar, esa es su pasión, la lectura.
La salida a la capital del país lo tiene emocionado, aunque la Secretaría de Educación sólo pagará el camión que lo trasladará con sus compañeros al Distrito Federal. Los gastos de comida, entre otros, correrán por cuenta de los tutores del menor, su abuelita Nelly Rodríguez y sus tíos Marcos y Miguel Velásquez, pero no tienen la capacidad económica para cubrir estos gastos.
Héctor vive en condiciones verdaderamente deprimentes, su habitación es una cama de madera rodeada por bolsas de nylon en color negro bajo un techo de guanos, sin paredes.
En la entrada de la vivienda luce una placa del gobierno federal que dice “Mi hogar tienen piso firme”, sin embargo está edificada la pobreza extrema; el piso es utilizado por el “niño genio” como escritorio y sala de lectura, ahí echa a volar su imaginación y lee, estudia cajas de libros sin tomar en cuenta los piquetes de mosquitos y tábanos que abundan en la región, todo esto bajo el cuidado de su tío.
Don Marcos, su tío quien era policía, fue dado de baja recientemente de la corporación y ahora es jornalero; gana 80 pesos diarios.
“A él no le importa si comió o no, únicamente dice y repite que la pobreza no lo va a detener”, afirma don Marcos. Héctor Miguel no cuenta con Internet ni computadora, mucho menos con teléfonos celulares, pero eso ha hecho la diferencia.
"No me distraigo en cosas que no debo, nada cae del cielo y hay que trabajar muy duro para lograrlo”, afirma Héctor.