Detectan agrandamiento del cráter del volcán de Colima

Agencias Colima, Colima 26-03-2015 11:23

Esto fue comprobado por un geólogo de la Universidad de Colima al sobrevolar la zona.

En un sobrevuelo realizado la mañana del pasado miércoles, el geólogo Carlos Navarro Ochoa, del Observatorio Vulcanológico de la Universidad de Colima, pudo comprobar que la tendencia del volcán de Fuego durante los últimos días es la del crecimiento del cráter, a raíz de las 10 y hasta 15 explosiones diarias que presenta este coloso.

Navarro Ochoa, desde hace más de dos años, es el responsable de llevar el seguimiento de las diferencias más notables en el volcán a lo largo del tiempo; para realizar su trabajo, comentó, utiliza una herramienta que le permite comparar imágenes recientes con las de otros años y hacer mediciones; se apoya también en sobrevuelos como el del pasado miércoles por la mañana, que realizó en helicóptero, desde donde obtuvo imágenes que muestran con claridad lo que está ocurriendo con el volcán de Colima.

Para que la gente tenga una idea más clara de lo que ocurre en el volcán, él lo compara con un flan al que alguien se lo come a cucharadas en su parte central. Por fuera, dice, aún se ve la estructura de cono truncado, pero si se mira desde arriba, se puede apreciar el cráter, el hoyo que van dejando las cucharadas o explosiones.

Con la explosividad de las últimas semanas, dijo, “se sigue excavando la cima del domo, que empezó a crecer desde el 2007, terminó en 2011, y luego volvió de nuevo a su etapa de construcción y destrucción en 2013-2014, e incluso todavía a principios de 2015. Era un anidamiento de domos, uno sobre otro, y todos ellos están desapareciendo, están siendo excavados por la parte superior”.

El cráter, de acuerdo a sus mediciones, tiene una forma ovalada y un diámetro que va de los 170 a los 190 metros; en cuanto a su profundidad ya rebasó, dijo, los 30 metros; el comportamiento del volcán, comentó, “ha seguido un patrón constante en las últimas semanas, que no aumenta ni disminuye sino que se ha mantenido constante en un promedio de 10 a 15 explosiones diarias. Esta tendencia puede cambiar, tanto a la baja como a la alza, ya sea que desaparezca o que tenga una etapa más explosiva; es decir, con menos explosiones pero con más energía, como en 2005”.

Por último, pidió no darle demasiada importancia a la altura de la columna durante las explosiones, ya que muchas veces la velocidad del viento es mayor que la velocidad de salida de dicha explosión; la columna, dijo, suele inclinarse pronto hacia el noreste, que es hacia donde sopla el viento con una fuerza de 30 o 40 kilómetros por hora; si la columna sube más, dijo, es porque no está soplando fuerte el viento, por eso pidió no hacerle demasiado caso al parámetro de la altura.