El Templo Amarillo y el Juego de Pelota de la Zona Arqueológica de Dainzú, en Oaxaca, fueron restaurados tras los daños que sufrieron durante los sismos de septiembre de 2017.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que especialistas del Centro INAH Oaxaca concluyeron los trabajos de remoción en las afectaciones.
Destacaron que en ambos casos emplearon elementos como fibra natural, cal, arena, agua, baba de nopal y otros materiales para regresar el esplendor a los espacios arqueológicos; además con la finalidad de usar los mismos materiales con los que fue construida esa ciudad prehispánica.
- Cabe señalar que para realizar los trabajos de restauración se hicieron los estudios pertinentes.
Dainzú es una ciudad imponente que fue construida adosada a un cerro. En los tiempos de su esplendor (600 a.C.-1200 d.C.) tuvo una entrada principal a un costado del ahora llamado río Salado, en el Valle de Tlacolula.
Los arqueólogos atribuyen a esta población las terrazas y representaciones gráfico-rupestres, hechas en todo el cerro Danush y ubicadas al norte del área nuclear del asentamiento prehispánico.
Durante su etapa urbana, Dainzú funcionó como una comunidad de segundo rango dentro del sistema económico, político y religioso que dominaba Monte Albán; su ocupación más antigua se calcula en el periodo fechado entre los años 600 y 500 a.C.