María Concepción Hernández Hernández, madre de Oliver Wenceslao Navarrete Hernández, denunció que el cuerpo de su hijo, levantado por un comando armado el 24 de mayo de 2013, y plenamente identificado por las autoridades un mes después, fue enviado por la Fiscalía General del Estado a una fosa común en Cuautla, la cual no cuenta con permisos ni licencias, junto con 149 cadáveres más.
"El día 24 de mayo del 2013 le dieron un levantón a mi hijo, en Cuautla; levanto la denuncia en la Procuraduría allá en Cuautla y el día 3 de junio aparece el cuerpo de mi hijo, el cual fue identificado de manera dactiloscópica y de manera genética, esto fue el 24 de junio", dijo la madre de Oliver.
Tras encontrar el cuerpo de su hijo en el fondo de una barranca en esa zona, María Concepción reclamó su cuerpo en la Fiscalía de la Región Oriente, pero para poder continuar con las investigaciones, los funcionarios de esa dependencia le pidieron que dejara el cuerpo un tiempo más, hasta que se judicializarla la carpeta de investigación.
Sin embargo, en una de sus visitas a la Fiscalía General del Estado fueron informados que desde marzo de 2014, el cadáver de Oliver había sido enviado a una fosa común en la comunidad de Tetelcingo, del municipio de Cuautla.
"El día 5 de diciembre de 2014 nos enteramos nosotros que ya no había cuerpos en el Semefo, razón por la cual se aboca mi hermana a andar investigando y se dirige con el Fiscal Regional, Salmerón y el cual le dice efectivamente que Oliver ya había sido inhumado el día 28 de marzo del 2014, pero a nosotros nunca nos notificaron jamás nada", aseguró la mujer.
Para la familia de Oliver, la fosa ilegal y el entierro de su hijo que ya había sido identificado es reflejo de la ineficiencia de la procuración de justicia de Morelos.