Bastó una mañana de lunes con lluvias e inundaciones en varias alcaldías de la Ciudad de México (CDMX) para que los ciudadanos volvieran a sus clases de nivel básico a fin de recordar a Tláloc, divinidad que, si no recuerdas con exactitud, se trata del dios de la lluvia. Pero, en ocasiones, el agua a cántaros en la capital no conviene, sobre todo si hay coladeras tapadas por la basura que mal desechamos.
- Al respecto, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dice en su sitio web oficial:
El dios Tláloc, el que hace brotar, era la representación del agua divinizada, fecundadora de tierra, que residía en las altas montañas donde se forman las nubes. Era una deidad benéfica que tenía también su lado negativo al enviar rayos, heladas, inundaciones y granizo, todo lo cual podía destruir las cosechas".
El más importante adoratorio de Tláloc está en el Templo Mayor de Tenochtitlán, al lado de Huitzilopochtli "y su culto era importante, ya que de él dependía el sustento de las sociedades agrícolas".
- A Tláloc se le dedicaba el sacrificio de niños (en su mayoría, enfermos), por su similitud física con los tlaloque, diosecillos de cuerpo pequeño, ayudantes.
- Por su carácter acuático, se le asociaban diversos objetos, como son representaciones de remolinos de agua y rayos; caracoles, conchas, corales, peces y ranas.
Los mexicanos son hábiles para hacer chistes con las tragedias, y este lunes los memes se dispararon en honor a Tláloc, luego de que el inicio de semana abrió con nubes grises, lluvias e inundaciones. Sin embargo, también debemos pensar en cómo recibir a Tláloc en la próxima temporada de precipitaciones pluviales: si vamos a tener una visita tan legendaria, deberíamos aprovechar sus beneficios de "agua y fecundidad":
Tláloc guardaba el agua en ollas, como si fueran matriz plena de líquido vital. Esta olla de cerámica policromada, muestra los rasgos iconográficos más sobresalientes y característicos de esta deidad. Porta grandes orejeras rectangulares con un pendiente al centro. Lleva sobre su cabeza un tocado con salientes en color blanco, que al parecer representan los cerros, donde el dios guardaba el agua". INAH.