¿Cuál es su nombre?
Luis.
Luis ¿qué?
Nada más Luis dice, extendiendo las palmas de sus manos como una barrera anti preguntas.
Nació en el otrora Distrito Federal allá por el lejano 1952 (66 años) y hoy día comparte sobre la banqueta de Concepción Béistegui esquina Petén, colonia Narvarte Poniente «La Luna Gratis».
"Vida de jubilado: tiempo para todo dinero para nada. Siempre me ha gustado la ciencia y la ciencia ficción. ¿Por qué anunciar La Luna Gratis? Yo la comparto porque puedo. Hay lugares (&) donde metes tu moneda y puedes ver la Luna. Pero aquí es gratis".
La idea surgió hace cinco años, cuando «un día encontré el telescopio muy barato, con doble rebaja, y lo compré. Pues de esas cosas que uno dice 9¡Ay! yo desde niño quise un telescopio: y ahorita que está muy barato», y puede, «lo compro».
Un buen día colocó el telescopio «aquí en la esquina, enfoqué la Luna y se veía fantástica. Empecé a invitar: 9Oye, ven a ver la Luna, está preciosa:. Y ya después de un rato mucha gente la vio y comencé a hacerlo todos los días. 9Miren, ahí está la Luna, o ahí está Saturno, ahí está Júpiter:».
Estudié Matemáticas. Programé computadoras por más de veinte años& ¡Treinta años! De esas máquinas grandototas que tenían cintas que giraban. Tengo conocimientos en Física, Química y Meteorología
Luis domina el español, inglés y «hablé alguna vez francés y portugués bastante fluido, pero ya se me han olvidado por dejar de usarlos». Su alma mater es la Universidad de California, con posgrado de Estadística por la Universidad de Michigan.
Con no poca modestia anuncia que «a mí me ha tocado vivir los sismos de 1957 (magnitud 7.7), 1985 (8.1) y este último de 2017 (7.1)».
"Mi papá nos enseñaba (a él y a sus hermanos) matemáticas desde que éramos chiquitos. Antes de comprarme mi bicicleta, (su padre) consiguió un libro de (esa disciplina): Me vas resolviendo los problemas de este libro. A peso cada uno. Y cuando juntes para tu bicicleta, la compro".
En secundaria ya sabía cálculo y en casa teníamos una tabla periódica grandísima sobre la pared con ayuda de las manos dibuja una pantalla invisible ante él y por un momento vive de nuevo esa escena pueril. Mi padre nos dio los conocimientos necesarios para que nosotros los usáramos y aprovecháramos.
Don Luis asegura ser hogareño, casi no sale a pasear y si un recinto «está a más de diez cuadras de mi casa, para mí ya es otro pueblo». Tiene dos hijos y «casi 40 años de 9mártirmonio:». Su esposa es contadora y, aunque él manifiesta evidente aversión por la profesión, en su mente rebusca el porqué de la relación, su existencia, resultados, y sobre todo, duración.
Viví un tiempo en Veracruz, con el abuelo, y ahí se podían ver las constelaciones. Me gusta mirar la Luna y todo lo demás porque& Eso es difícil de responder. Es como preguntar por qué te gusta el chocolate: pues porque sabe rico
Llevo años viendo la Luna y no me canso de verla. Y no la conozco bien. Ubico el cráter Tycho y Copernicus. Las palabras que más escucho cuando la gente ve la luna es «wow», «chida» y, los más jóvenes, «está cool».
¿Usted qué palabra usa?
Cualquiera de esas dice con mofa.
Varios vecinos que pasan por la acera saludan a don Luis: «Clientes frecuentes de la Luna», arguye sin preocupación y bastante garbo, pues tal parece que funge como representante terrenal del satélite natural. Menciona que su casa es un cementerio de libros y otros enseres de las ciencias naturales e investigación.
Cuando uno está viejo acumula mucha basura refiriéndose a los objetos de estudio que ha acaparado a lo largo de su vida.
¿Le llamaría basura a todo eso?
Pues es difícil llamarle de otra manera finaliza, alzando los hombros y con boquita de chango.
Video hecho por el escritor Alejandro Toledo:
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