La música del organillero anima las ventas. En los pasillos del tianguis de Santa Úrsula Coapa, en Coyoacán no preocupa la pandemia que ha generado el coronavirus Covid-19. Bajo las lonas rojas, están los marchantes de siempre.
Personas de la tercera edad con niños siguen su rutina de todos los días, escuchan las ofertas del día. Es 14 de abril, en pleno fase 2 de la pandemia y con el primer lugar en el número de contagios, en esta zona de la Ciudad de México nadie respeta la sana distancia.
En este tianguis no solamente hay alimentos y productos para limpieza, también se ofrecen a la venta artículos no esenciales, como almohadas.
En algunos de los pasillos no se puede pasar, debido a la aglomeración de personas en uno de los puestos.
En contraste, en parques como el de los Venados, en la alcaldía Benito Juárez, se refuerzan los protocolos de confinamiento y sana distancia; fuera del comedor comunitario hay una fila, en la que a cada momento se les pide respetar la distancia.
Solo en ese punto hay más gente, aunque hay quienes realizan actividades deportivas, pero lo hacen cubriendo su boca, porque por lo menos hay una campaña de uso obligatorio de mascarillas caseras.
En tanto, en el barrio bravo de Tepito, el comercio en la vía pública continúa realizándose, como si nada hubiera pasado.