En tres juicios realizados en tribunales de Texas, Estados Unidos, exintegrantes de la organización delictiva Los Zetas revelaron detalles de masacres, sobornos a policías, alcaldes y funcionarios de los gobiernos estatales de coahuila y Veracruz.
"Los Zetas", señalaron los testigos, controlaron varias cárceles de coahuila e incluso en una de ellas, la de Piedras Negras, llegaron a incinerar a por lo menos 150 adversarios con la ayuda de los guardias.
Los testimonios en los tribunales texanos, se reúnen en el informe Control&. Sobre Todo el Estado de Coahuila presentado este lunes en la Ciudad de México y realizado por la Clínica de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas.
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Los restos de las víctimas eran introducidos en bolsas negras de plástico y arrojadas al cauce del Río San Rodrigo, un afluente del Río Bravo que marca la frontera entre México y Estados Unidos.
¿Cómo lograron controlar Coahuila?
El mayor control de "Los Zetas" se realizó en municipios vecinos a la frontera con Estados Unidos y para conseguirlo, compraron el apoyo de las policías municipales, del gobierno estatal y algunas del orden federal.
A los únicos a quienes temía el cartel era a los marinos y para evadirlos, los jefes del grupo utilizaban helicópteros oficiales, asegura el testigo Rodrigo Uribe Tapia.
Además de la colaboración policíaca el grupo consiguió el apoyo de políticos locales, e incluso a algunos les financiaron sus campañas electorales.
A cambio de este apoyo, "Los Zetas" obtenían protección policíaca, pero también contratos para obras públicas, no sólo en municipios o el estado sino con empresas federales como Pemex o la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Con el apoyo de las dependencias de gobierno, también crearon decenas de negocios, e incluso los testimonios refieren que controlaron centros comerciales enteros en Piedras Negras, que eran utilizados como casas de seguridad o sitios para intercambiar dinero, drogas y armas.
Otro refugio para los miembros del cartel fueron las prisiones que en algunos casos, como la cárcel de Piedras Negras, se utilizaron sólo como dormitorios. Los reos del cartel podían salir y entrar, durante el día, de la cárcel sin problemas.
Este centro penitenciario lo usaban para otras operaciones como: arreglar automóviles y adaptarlos para transportar drogas.
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