A pocos metros de la estación migratoria de Tapachula, Chiapas, una improvisada comunidad conformada por decenas de ciudadanos haitianos y de algunos países africanos convive con mexicanos humildes, en una dinámica que incomoda a algunos, pero que también crea lazos de solidaridad.
Orgullosos afrodescendientes
- Mientras miles de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos se ocultan para evitar arrestos y deportaciones, haitianos y africanos se integran al paisaje y la cotidianidad de Tapachula, un hecho notorio en un país con mínima población afrodescendiente.
Nuevos vecinos
Los nuevos vecinos deambulan por el lugar, platican en grupos o hacen diversas actividades al borde de la carretera. Entre casuchas y pequeños negocios, se mezclan una sesión de pedicura al aire libre, venta de comida y un taller de soldadura.
Son amables, todos son buenos pero algunos son muy enojones. La mayoría quiere todo al precio que ellos dan y no al precio que cuesta", dice Ismael González, administrador del precario cibercafé de esta zona de calles lodosas con basura acumulada, que no figura en los mapas.
El conflicto migratorio
En la estación migratoria, uno de los núcleos de la crisis que ha crispado desde octubre la relación entre México y Estados Unidos es la afluencia de cientos de miles de indocumentados en su mayoría centroamericanos, pero también de otros países y continentes, como haitianos y africanos.