Vuelve al campo actor indígena de la “La Jaula de Oro”
El miércoles recibió un reconocimiento por parte del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali).
El joven actor indígena, Rodolfo Domínguez Gómez o “Chauk”, quien recibió el miércoles un reconocimiento por parte del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), como difusor del tzotzil en la cinta “La Jaula de Oro, volvió a sus labores en el campo.
Aunque este reconocimiento no lo acerque a su sueño de fundar una escuela donde se enseñe y difunda su lengua, sus manos que tocaron durante 2013 el reconocimiento que el Festival de Cannes otorgó a “La Jaula de Oro”, por el mejor reparto o los nueve Arieles entregados al filme, son las mismas con las que cultiva hoy la tierra.
Luego de un año de cosechar éxitos con la mencionada cinta, está a la espera de una nueva oportunidad en el mundo de la actuación, en tanto llega ésta, los campos de su natal Chalchihitlán, Chiapas, son cultivados con sus propias manos para producir maíz, frijol, calabaza y chilacayote.
El hablar castellano aún es difícil para “Chauk”, quien durante el rodaje de la cinta en 2012 aprendió a hablar español gracias a la compañía del director del filme, Diego Quemada Díez, así como de los actores coestelares Brandon López, Karen Martínez y Carlos Chajón.
“Ellos me enseñaron a hablar español, pues también no le entienden cuando hablo en (mi) lengua, les gusta hablo en español”, destacó el actor chiapaneco, quien afirma que el hablar castellano ya no le provoca conflicto, aunque su contacto con el cine le generó una nueva diferencia.
“El problema de ahí (Chalchihuitán) es que ya vieron la película y me dijeron que soy millonario y me maltratan a mí y a mi familia. Me dijeron que soy millonario que tengo mucha lana y eso es lo que me duele mucho, no soy millonario, no tengo lana”, citó. “Sólo pagaron 120 mil pesos por la película y eso, el dinero, con lo que gané compre dos terrenos para toda mi familia y todos mis hermanos”, aclaró.
Pese al dolor que le causan los suyos, comentó: “para mí mejor que se hable de mí, pero sólo voy a escuchar, no voy a contestar, porque si contesto ahí está el problema”.
Pero en tanto llega esa oportunidad, “estoy en lo que se hacer antes de hacer la película, todavía estoy tocando guitarra, marimba y violín para música tradicional. También el campo, sigo ahí trabajando con toda la familia, cultivando maíz, frijol, calabaza, chile y chayote”.
Hay una respuesta para quienes lo ven diferente; “creo que las personas que me ven así son las que han cambiado por los nervios, porque tengo contacto con mucha gente. En mi persona, en mi cara y mi cuerpo y todo, no ha cambiado nada”, mencionó.
Domínguez Gómez tiene un sueño muy presente por realizar: “Pienso que (en) cada ciudad donde yo voy, en hacer una escuela para que se aprenda mi lengua indígena; si quieren aprender mi lengua, quiero hacer una escuela para que se aprenda”.