Murakami condena el "discurso de odio"
Sin embargo, señala que es a menudo blanco de discursos de odio "pero como me gusta mi trabajo, me da igual".
El escritor japonés Haruki Murakami empezó a responder este viernes a preguntas en internet donde, sin abordar la cuestión de Charlie Hebdo, condenó el "discurso de odio", expresó su deseo de escribir otro ensayo y lamentó la pérdida de vista.
"Solo responderé a una de sus cuatro preguntas", escribió el autor de "1Q84" a la primera persona que le interrogó a través de la web "Murakami-san non tokoro" (El espacio de Murakami), una página temporal en la que el más conocido de los novelistas contemporáneos nipones charla con sus admiradores.
Murakami evitó responder así a la pregunta de Gege, un estudiante de 23 años, a saber: "Incluso si los actos terroristas son evidentemente horribles, ¿cree usted que haya que proteger la libertad de expresión a la manera de los dibujos de Charlie Hebdo?"
Expresarse ante el fanatismo destructor es sin embargo un tema ampliamente tratado por quien, en su novela "Underground", se sumió en el estudio de las vidas y motivaciones de los miembros de la secta Aum, autores del atentado con gas sarín en el metro de Tokio hace 20 años.
En ese libro describe también minuciosamente la suerte de las víctimas de este ataque que dejó 13 muertos y cerca de 6.300 intoxicados.
A la pregunta de Mimi, 43 años, "¿Proyecta usted escribir un nuevo ensayo documental como Undergroung?", Murakami responde: "Pienso en ello, pero no he pasado todavía de la fase de realización. Es que los preparativos son difíciles".
La libertad de expresión vuelve bajo otra forma cuando Yurikoko, una estudiante de 22 años, pregunta al "profesional de la escritura cómo detener los discursos de odio", esas diatribas racistas de grupos de extrema derecha japoneses contra los coreanos y otros extranjeros.
"Como escritor soy a menudo blanco de discursos de odio. Mucha gente dice cosas horribles. Pero como me gusta mi trabajo, me da igual. En cierta medida, dejo hacer. Dicho esto, es injusto para cualquiera escuchar que hablan mal de él por su raza, su lugar de nacimiento o cosas contra las que no se puede hacer nada. Hay que actuar contra esta tendencia", escribió.
Murakami confirma en sus respuestas su voluntad de mantenerse lo más cerca posible de la literatura y la escritura, sin comprometerse demasiado, salvo a través de los temas abordados en su obra o en sus escasas apariciones públicas.
Cuando un internauta le señala que hay una librería en Shizuoka (sudeste) que se se llama "Muro y huevos", se alegra, pero sin abundar en esta metáfora que utilizó en Israel al recoger el Premio Jerusalén. En esa ocasión habló de poblaciones frágiles (huevos) chafadas al contacto con el todopoderoso Estado (muro) y aseguraba que siempre estaría del lado de los primeros.
Aunque, respondiendo a un ama de casa de 49 años, se alegra de celebrar su cumpleaños el mismo día que el escritor estadounidense Jack London, también dice "sentir cierto malestar desde que descubrió recientemente que la mano derecha de Hitler, Hermann Goering, también nació el 12 de enero".
A lo que agrega, irónico, que "eso explica a lo mejor que tuviera la nota más alta en los exámenes de inteligencia realizados por los aliados a los nazis detenidos".