La Esquina, un espacio que rescata la tradición juguetera del país
Se exhiben más de dos mil 500 piezas.
Tradición, cultura e historia reflejan los coloridos carritos, aviones y trenes que conviven con las muñecas con vestidos tejidos, bordados o pintados, que forman parte de la colección de más de dos mil 500 piezas exhibidas en La Esquina, Museo del Juguete Popular Mexicano, en San Miguel de Allende, Guanajuato.
Este espacio alberga obras de artesanos de Michoacán, Guerrero, Chiapas y Guanajuato, entre otros estados, creadas con toda clase de materiales que van desde madera, barro y cartón, pasando por la cerámica, hojas de plátano, hasta de cuerno de toro.
Para su director ejecutivo, Carlos Beltrán, es un recinto que rescata la tradición juguetera del país “porque se está perdiendo, ya que las familias tiene que vivir de otras cosas porque no pueden solventar sus gastos sólo con crear juguetes y tienen que dedicarse a la siembra o a otra cosa”.
Creado por iniciativa de la coleccionista Angélica Tijerina, quien ha reunido este acervo a lo largo de 50 años, el museo cuenta con cuatro salas: “La Feria”, en la que se exhiben alcancías, máscaras e instrumentos musicales; “Compañeros inolvidables” dedicada a los medios de transporte y a los animales; “Jugando a la casita”, en la que se aprecian numerosas muñecas y muebles, y la recientemente inaugurada “Geografía del juguete”, que abrió para dar cabida al incremento de la colección.
En su corta historia de cuatro años, mencionó el también promotor cultural, el recinto ha cosechado diversos logros, el más importante de éstos la realización de tres concursos nacionales de Juguete Popular Mexicana, cuya última edición en 2013 convocó a 527 artesanos de 26 estados.
Los concursantes, detalló, se pueden inscribir en 10 categorías, entre ellas “Cerámica”, “Alfarería”, “Fibras vegetales”, “Cartonería” e “Instrumentos musicales”, así como la recientemente instaurada “Nuevos diseños”, la cual está dirigida a artesanos y jóvenes.
Otro de los logros, señaló, son las exposiciones itinerantes que organiza el museo y que permiten que otras sociedades conozcan estas piezas; “el objeto ya no es una artesanía, lo cual llevaba cierta cuestión peyorativa en el pasado, sino que hoy es una obra de arte popular”.
Además, recordó, se ha logrado conseguir el apoyo, en el concurso, de instituciones como el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) y Consejo Nacional para la Cultural y las Artes (Conaculta).
El director ejecutivo, para quien el principal reto al que se enfrenta el museo es exhibir diversas muestras del interés del público, para los pequeños recorrer sus salas puede representar una experiencia sorprende, pues dejan de lado la tecnología que constantemente tiene a su alcance se adentran en la manualidad.