Hallan pruebas que indican que Caravaggio murió en Toscana
Se cree que está enterrado en el cementerio de San Sebastián.
Dos cartas enviadas desde Roma al duque de Urbino, fechadas el 28 y el 31 de julio de 1610, son las nuevas pruebas que se han encontrado para demostrar que el maestro del barroco italiano Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio, murió en la localidad de Porto Ercole, en Toscana.
Silvano Vinceti, que desde hace años investiga sobre el lugar de sepultura del artista, comunicó este jueves su hallazgo para reiterar su teoría de que el genial pintor murió en esta localidad y está enterrado en el cementerio de San Sebastián, ya que fue allí donde enfermó y murió mientras viajaba hacia Roma.
Vinceti sostiene desde hace años esta teoría y en 2010 presentó su investigación y los huesos, que aseguró pertenecían a Caravaggio, en el intento de poner fin a uno de los grandes misterios de la turbulenta vida del genio del claroscuro, que se vio obligado en 1606 a huir de Roma al ser condenado a muerte por asesinato.
Además de los exámenes de los huesos, que sometidos a la prueba del carbono 14, revelaron que pertenecían a un individuo que vivió entre 1522 y 1647 y que medía entre 173 y 176 centímetros de estatura y que había fallecido con una edad de entre 37 y 43 años. Datos que concordaban con los que se conocían de Michelangelo Merisi.
Vinceti aseguró en una nota que hasta ahora se habían ignorado estas dos cartas, aunque algunos historiadores ya tenían conocimiento de ellas, para corroborar que Caravaggio se encuentra enterrado en la localidad toscana.
Las misivas fueron encontradas en los archivos históricos de Urbino (centro de Italia) y fueron enviadas desde Roma por el nuncio apostólico en el Reino de Nápoles, Deodato Gentile, y el vicerey de Nápoles, al duque de Urbino y en ellas comunicaban la muerte del Caravaggio, mientras volvía a Roma tras haber obtenido el perdón del Papa.
En la nota del 28 de julio se lee: "Se ha tenido conocimiento de la muerte de Michel Angelo Caravaggio, pintor famoso y excelente en los retratos de naturalezas muertas después de enfermar en Porto Ercole". Mientras que el 31 de julio se avisaba también que "Michel Angelo de Caravaggio, pintor, murió en Porto Ercole, mientras volvía desde Nápoles a Roma por gracia de su Santidad tras la condena capital que pesaba sobre él".
El profesor Silvano Vincenti ha sostenido siempre que los indicios apuntan a que el pintor padecía neurosífilis, una forma de sífilis con efectos sobre la memoria y que puede provocar delirios, además de saturnismo, enfermedad que afectaba a muchos pintores de la época, debido a la asimilación de los pigmentos del plomo. Dos enfermedades que debilitaron el organismo de Caravaggio, quien en estas condiciones no pudo superar el verano de 1610 cuando se registraron las temperaturas más elevadas de los últimos treinta años de la época y murió, dijo Vincenti.