Reúnen el universo de Lego en el Museo de Praga
Exponen dos mil 950 modelos, desde sus orígenes hace 65 años.
A unos minutos a pie del Puente de Carlos de Praga un museo ha reunido toda la magia del universo Lego, desde sus orígenes hace 65 años hasta sus modelos más modernos, creando la mayor exposición del mundo dedicada a este juguete.
Los 340 metros cuadrados dan cabida a dos mil 950 modelos originales de la marca danesa, el 99% de ellos series de fábrica que todavía se pueden comprar.
"Llevamos aquí más de tres años y cada vez vienen más clientes y clientes estables", cuenta el director del museo, Jan Vokolek.
En el mundo no existe otro museo de estas características e incluso en Dinamarca sólo hay uno pequeño en Billund, donde se encuentra la sede central de la empresa, pero que alberga sólo 300 modelos y no está abierto al público.
Además, el museo praguense ofrece la posibilidad de comprar piezas al peso, a precios que van desde los cinco dólares por 100 gramos de las piezas más antiguas hasta los 10 dólares que valen los bloques más actuales.
Este museo surgió gracias a la pasión de Milos Krecek, un empresario de 44 años que comenzó a coleccionar Lego hace una década y a quien su afición le llevó a llenar su propia casa de estos juguetes hasta convertirla en una gran construcción de Lego.
"El modelo más antiguo es de 1949 y esta pieza, que tiene más de 60 años, no se ha modificado hasta hoy. El sistema es tan perfecto que se ha mantenido en el mercado todo este tiempo", destaca el director del museo.
Quizás la construcción más espectacular sea la del Puente de Carlos, una maqueta de cinco metros que reproduce el símbolo de Praga con 100 mil bloques de Lego y 400 figuras.
No faltan tampoco algunos hitos de la marca, que sí son modelos en serie, como el Taj Mahal comercializado en 2008, el modelo más grande de Lego con sus cinco mil 922 piezas, o el Tower Bridge de Londres (2010), con cuatro mil 287 bloques.
También hay una muestra interactiva donde los niños pueden apretar botones o jugar con las piezas. Los más pequeños también disponen de una sala para poner a prueba su creatividad en las que pueden montar sus propias construcciones.