De Monterrey a Brasil manejando, y ahora, sin dinero para volver.
Un viaje que en algún momento se convirtió en manda, por las dramáticas circunstancias.
El Mundial empezó el 9 de abril y no el 12 de junio, al menos para un grupo de regios que renunciaron al trabajo, vendieron autos y se echaron a la aventura para seguir al Tri en Brasil, un viaje en el que dicen invirtieron más de ocho mil dólares. Cruzaron toda América, y les han robado, cobijado, alentado, pero están felices de estar en Fortaleza.
Una van marcada en sus ventanillas con lustrador de calzado blanco marca el nombre de la aventura: De norte a sur, la esperanza de los sueños. Él protagonista prefiere que le llamen Quique a secas, barba de náufrago, playera desgastada. Han sido demasiados kilómetros, demasiadas noches en vela; todo a bordo de una Van que amontona mochilas, latas, ropa y lo que se pueda.
Un viaje que en algún momento se convirtió en manda, por las dramáticas circunstancias que cuenta el cansado chico de la barba. “Lo había planeado con un primo, pero al año tuvo un accidente y falleció, esto fue más por la promesa de cumplirle”.
No fue fácil convencerlos: “Decían que estábamos locos, teníamos que renunciar al trabajo, porque nadie nos iba a dar tres o cuatro meses de permiso; vender el carro para juntar dinero, venirte a la nada. Lo decidimos una tarde y así nada más, salimos de Monterrey el 9 de abril”. Y la aventura se convirtió en ello desde que tomaron carretera. “Salimos hacia Querétaro y el primer día se nos descompuso la camioneta: llegamos a Querétaro en grúa”.
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