Mafalda es como un mueble que me salió bien: Quino
El escritor dice que para él esta niña irreverente es un "dibujo más".
Aunque se encuentra inmerso en la celebración del 50 aniversario de su "nena", Mafalda, el ilustrador argentino Quino, a sus 82 años, reconoció que para él esta niña irreverente es un "dibujo más" y no ha dudado en verse como un carpintero al que le salió un "mueble lindo".
En su casa de Madrid, y bajo la mirada sin vida de los muñecas de Mafalda que adornan la estancia principal de su vivienda madrileña, el argentino contó que, pese a saber que hay mucha gente a la que le "fastidia" oír de su boca que su célebre niña es "uno más", el lo "siente así".
"Yo soy como un carpintero que fabrica un mueble, y Mafalda es un mueble que me salió bien, lindo, pero para mí sigue siendo un mueble, y yo hago esto por amor a la madera que yo trabajo", expresó Joaquín Salvador Lavado Tejón, Quino, quien nació en Mendoza, Argentina, en .1932.
Aquejado de un problema de visión que le hace vivir en un "mundo que está un poco fuera de foco", el padre de la niña más contestaría de la ilustración siente que, en la actualidad, es un "poco menos optimista" que cuando dibujaba a Mafalda con 35 años y se siente "un poco más desilusionado" al ver cómo es el mundo.
Pese a que con esta niña que odiaba la sopa a morir aportó su granito de arena a la crítica a la censura en su Argentina natal, Quino no siente que Mafalda haya sido su "mejor aliada" para decir lo que quería y "cuando quería". "Mi mejor aliado he sido yo mismo, porque dejé de decir muchas cosas que hubiera querido decir y no se podían decir. Desde que llegué a Buenos Aires con mi carpetita de dibujos (en 1954), me dijeron que no podía hacer dibujos sobre militares, sobre la iglesia, el divorcio, la moral. Entonces me acostumbré a dibujar las cosas que me permitían", recordó.
Consciente de que Mafalda sigue siendo un personaje querido en todo el mundo, vuelve a aparecer el Quino "poco optimista" al lanzar con rotundidad que "no cree" que Mafalda traspase las fronteras de la historia y "se convierta en algo parecido a la música de Mózart". "Habrá una temática mucho más importante que las cosas que ha dicho Mafalda. Además, aparecerán en soportes que uno no conoce", ha expresado con un realismo exento de tristeza.
Con una vida a caballo entre Buenos Aires y Madrid, Quino, quien dejó de dibujar a Mafalda hace 41 años, tampoco puede seguir pintando, su otra pasión, por su delicada vista. Pero esto no le impide acudir a encuentros con sus lectores, ávidos aún de sus tiras, pese a que la "nena" hace tiempo que no tiene expresiones rotundas nuevas, lectores a los que Quino quiere seguir viendo, porque así puede ponerles "cara", ha concluido, mientras una Mafalda de madera apoyada en su mesa de trabajo parece mirarle con la devoción de una hija orgullosa.