Opinión en Claro, Oscar Clériga: "Viaje en autobús a la eternidad"
El camino al SuperBowl XL llevaba a Detroit y como si fuera un cuento de hadas Jerome Bettis terminó su carrera en la ciudad que lo vio nacer. El famoso corredor de los Pittsburgh Steelers apodado el “autobús” levantó el trofeo Vince Lombardi en su último partido como profesional y esa última parada se convirtió en la ruta a la inmortalidad.
El Salón de la Fama de la NFL abrirá sus puertas a Bettis este sábado 8 de agosto en Canton, Ohio, con una producción de yardas terrestres de 13,662, Jerome tuvo que esperar cuatro años para ser inmortal. Pero está acostumbrado a que la recompensa llegue después de trabajar y no siempre es en el primer intento.
El ahora mítico número 36 de los Steelers fue uno de los corredores más dominantes del emparrillado y tras la ruptura con Los Ángeles Rams en 1995, el propio Bettis acogió a los Steelers como su equipo ideal. Cabe recordar que cuando Jerome jugó con los Rams ésta franquicia estaba en Los Ángeles.
El “autobús” registró ocho temporadas rebasando las mil yardas tan sólo en sus primeros nueve años en la liga; la única campaña en que no superó las mil fue su última con los Rams y esa baja de rendimiento le costó salir del equipo, pero llegó a Pittsburgh donde la historia cambió y el fruto al trabajo es su llegada al Salón de la Fama.
Los números siempre marcan y dictan sentencia sobre muchas cosas, pero en el caso de Jerome Bettis la identificación con la filosofía de la franquicia más ganadora en la NFL fue inmediata. La conexión fue inmediata como un romance a primera vista, el estilo de juego del “autobús” era cien por ciento “Pittsburgh Style” (estilo Pittsburgh). En siete de diez años que jugó con Pittsburgh, encabezó el ataque terrestre que acabó entre los mejores 10 de la liga.
El drama y sufrimiento como dijimos siempre acompañó a Jerome y su búsqueda por ganar el juego grande tuvo varios golpes; Tres ocasiones perdió el juego de campeonato de la conferencia y fue hasta el cuarto intento que lograron la meta. Una temporada donde los Steelers se vieron con pocas posibilidades de repetir la carrera de playoffs que los llevó a la Final de la Conferencia Americana un año antes ya que ostentaban un récord de siete ganados por cinco perdidos.
En la semana 14, Pittsburgh se jugaba la temporada contra los Chicago Bears y Bettis fue el motor para darle vida a los Steelers, con 117 yardas y dos touchdowns en la victoria 21-9, donde una vez más, sin importar los números y/o estadísticas Jerome Bettis enmarcó su carrera en una sola jugada; yarda uno, acarreando el ovoide con fuerza y sobrepasando a Brian Urlacher, el “autobús” inspiró a todo el estadio.
El viaje en “autobús” llegó a Canton Ohio, Jerome Bettis es un nuevo inmortal del futbol americano profesional.
*Oscar Clériga es el director editorial de Claro Sports
@cleriga