Una "estampida" causó la muerte de aficionados egipcios
Una "estampida" fue la "única causa de la muerte" de una veintena de aficionados en El Cairo el pasado domingo.
Una "estampida" fue la "única causa de la muerte" de una veintena de aficionados en El Cairo el pasado domingo antes del partido Zamalek-ENPPI, de la primera división de fútbol, dijo hoy el director general del Centro egipcio de Anatomía Forense, Hisham Hamid.
Todas las muertes se produjeron por unos "intensos empujones" entre los hinchas que causaron "presión y contusión" en el pecho y los pulmones, y en otras partes del cuerpo de los afectados, quienes no pudieron moverse y murieron por asfixia, añadió Hamid.
En una rueda de prensa recogida por la agencia estatal de noticias Mena, Hamid aseguró que el informe médico final, con todos los casos de fallecimiento cerca del estadio de la Defensa Aérea, fue entregado ayer a la Fiscalía.
Hamid negó que algunas muertes se hubieran producido por disparos, golpes con palos y porras, o asfixia por gases lacrimógenos lanzados por la policía, y reiteró que todos los fallecimientos se debieron a una "estampida grave".
Sobre los tres casos que inicialmente un médico certificó que se habían producido por asfixia como consecuencia de los gases lacrimógenos, Hamid aseguró que "la investigaciones revelaron que dichos informes fueron firmados bajo presión y amenaza de los padres de las víctimas".
Advirtió de que su equipo "no trabaja bajo ningún tipo de presión" y lamentó que las muertes por estampida "no son algo nuevo en el mundo", sino que ya han ocurrido en situaciones como la peregrinación a La Meca o partidos de fútbol en Argentina y Perú.
Un total de 18 ONG egipcias responsabilizaron hace dos días al Ministerio de Interior de estas muertes y dijeron que el lanzamiento de gases aumentó la presión y los empujones de los aficionados que intentaban "escapar de la asfixia", a lo que -agregaron- la policía respondió con más gases lacrimógenos, lo que causó "más presión".
El partido entre el Zamalek y el ENPPI, de la primera división de la Liga egipcia, se disputó el pasado domingo a pesar de los disturbios.
El Ministerio egipcio de Interior acusó entonces a los seguidores de los equipos de haber intentado irrumpir en el estadio por la fuerza y sin entradas, mientras que los ultras del Zamalek culparon a la policía de cortar los accesos al lugar con vallas y lanzar gases lacrimógenos contra los que pretendían asistir al encuentro.
En otras ocasiones se han registrado disturbios antes y durante partidos de fútbol, pero los del domingo han sido los más graves desde que el 1 de febrero de 2012 setenta y cuatro personas perdieran la vida y 254 resultaran heridas en choques en el estadio de Port Said entre los seguidores del club local y del Al Ahly.
Esos sucesos sin precedentes en Egipto llevaron a las autoridades a prohibir la entrada de público a los estadios, aunque en los últimos meses se había levantado parcialmente esa medida.