SIN CUENTA DE PROTECCIÓN: La última oportunidad de Kelvin Gastelum
Con 21 años de edad y un récord de 5-0 , el campeón estatal de lucha y trabajador en una agencia de fianzas de prisión, Kelvin Gastelum, viajó de Yuma (Arizona) a Las Vegas para la temporada 17 de The Ultimate Fighter. En ese momento era el peleador más joven en la historia del reality del UFC.
Sería el penúltimo peleador elegido al hacer los equipos, el último del equipo de Chael Sonnen quién diría al seleccionarlo “No puedo creer que siguieras disponible”. Para su primer combate Jon Jones lo eligiría como la pelea “fácil” para su compañero de sparring, Bubba McDaniel.
Después de un fuerte primer asalto, Gastelum sometió a McDaniel en el segundo. Noqueó a Collin Hart en los cuartos de final, sometió a Josh Samman en la semifinal, y en su debut oficial en el UFC venció al fuerte favorito y ahora su entrañable amigo, Uriah Hall, por decisión dividida.
La estatura y alcance hicieron casi una obligación para Gastelum el bajar de la división media (185 libras) donde triunfó en The Ultimate Fighter, a las 170 libras de la división welter y fue aquí donde los problemas comenzaron.
Su paso en la nueva división lo vio con cuatro victorias en fila, pero en la segunda pelea ante Rick Story sufrió para dar el peso en el segundo intento, donde literalmente tuvo que ser cargado a la báscula al casi no poder caminar. En la siguiente pelea ante Nico Musoke falló el peso por primera vez, subiendo poco más de un kilo rriba del límite.
Aún así, Gastelum se convirtió en uno de los preferidos de la afición mexicana. Su carisma, buen humor, atención con los aficionados, el hablar buen español y un estilo latino (al ir siempre al frente y atacar al oponente sin cesar), le ganó el lugar en la pelea coestelar para la primer función del UFC en México, UFC 180, ante Jake Ellenberger.
Hizo todo de manera perfecta, dio el peso sin un problema y en la pelea más difícil de su vida sometió a Ellenberger en el primer asalto. Con lágrimas en los ojos y envuelto en la bandera mexicana, Gastelum se llevó la ovación más grande de esa noche.
El UFC lo recompensó con una mejor oportunidad, la pelea coestelar de la función estelarizada por Anderson Silva y Nick Diaz UFC 183, ante el tercer rankeado de la división Tyron Woodley. En una pelea que lo ponía a un paso del cinturón, Gastelum tuvo el problema más fuerte de su carrera y falló en la báscula por nueve libras después de sufrir problemas médicos y visitar el hospital la mañana del pesaje.
Terminó perdiendo la pelea por decisión dividida, la única derrota de su carrera.
Después, UFC lo nombró como uno de los entrenadores de The Ultimate Fighter Latinoamérica 2 y al término de grabar la temporada, la cual sale al aire a finales de agosto, lo llamaron para ser parte del regreso de la promoción a México enfrentando a Nate Marquardt en la división media. En el momento más complicado de su carrera la promoción una vez más se apoyó en él para seguir abriendo camino en Latinoamérica.
Después de dominar a Marquardt, Gastelum pidió la oportunidad de regresar a 170 libras y el presidente de UFC, Dana White, de manera enfática y pasada de tono, rechazó esto. Semanas después la historia cambiaría y el mismo White llamaría a Gastelum para ofrecer el evento estelar de la primer función del UFC en Monterrey ante Matt Brown, de vuelta en las 170 libras. Una vez más Kelvin está cerca del título welter.
Es difícil escribirlo, pero con 23 años de edad, 24 años cumplidos cuando suba al octágono en Monterrey, la función del 21 de noviembre es la última oportunidad de Kelvin Gastelum. Podrá seguir siendo pieza promocional de UFC, podrá tener una carrera larga, pero dar el peso sin un solo problema y dar una actuación con todas sus habilidades en pleno, son una necesidad para seguir el paso en la única división donde podría ser campeón.
El potencial de Gastelum no ha encontrado límites aún. Pasó de ser el secreto mejor guardado de las 170 libras a una realidad y un contendiente de campeonato. La Ciudad de México lo ha motivado a dar las dos mejores actuaciones de su carrera, y, por el bien de ésta, esperemos que Monterrey tenga el mismo efecto en Kelvin Gastelum.