Ocho y contando, la maldición de Guttmann en Benfica (Especial)

Agencia México 14-05-2014 17:39

Hace 52 años, un entrenador húngaro iba a encargarse de lanzar una maldición que hasta hoy perdura en el equipo lusitano.

Hace 52 años, un entrenador húngaro iba a encargarse de lanzar una maldición que al día de hoy sigue vigente. Bela Guttmann, un exitoso hombre de banquillos, iba a ser despedido del Benfica, momento en el que aprovechó para ejecutar una sentencia que ha marcado al club de por vida: "Sin mí, el Benfica nunca ganará una copa europea". Más de medio siglo después de aquella afirmación, el maleficio sigue surtiendo efecto.

Las contundentes palabras del ex astro húngaro siguen retumbando hoy en Portugal, donde los aficionados del Benfica lloran su octava Final perdida en Europa.
 
Tras muchos años ejerciendo como tal (como un técnico) desde el propio campo, estaba convencido de que su manera de ver el fútbol le podía ofrecer grandes réditos. Se encargó de perfeccionar el 4-2-4, pues en su opinión no era necesario atacar con seis jugadores: con cuatro arriba era suficiente, más dos jugadores que se encargaran de dar equilibrio al equipo. Precisamente lo que él hacía como jugador.

Guttmann recorrió medio mundo como técnico (Hungría, Holanda, Rumanía, Argentina, Chipre, Italia, Brasil, Uruguay, Suiza o Austria) pero, sin duda, donde marcaría una época sería en Portugal. Tras llevarse el campeonato liguero en su primera temporada como entrenador del Oporto, el Benfica lo iba a contratar y la fortuna iba a hacer el resto. Un encuentro en una peluquería con un exjugador le iba a dejar en bandeja el fichaje de una estrella: Eusebio.

La llegada del mozambiqueño iba a cambiar, para siempre, al Benfica. En dos temporadas consecutivas, el conjunto portugués iba a ganar dos Copas de Europa (1960-61 y 1961-62). Entonces, Guttmann decidió que había llegado el momento de pedir un aumento de sueldo, dados los grandes resultados que estaba cosechando el equipo. La directiva entendió que su petición era inadmisible, y el técnico decidió dejar el equipo.

Una maldición imposible de romper

En dicha despedida, iba a pronunciar la ya maldita frase: "En cien años desde hoy, ningún club portugués se convertirá en campeón de Europa y el Benfica sin mí nunca ganará una copa europea". Aunque la primera parte de su profecía no se cumplió, el caso es que sí lo ha hecho la segunda. Desde 1962, el Benfica ha sido incapaz de volver a ganar una competición europea, a pesar de haber alcanzado siete finales, ocho con la de hoy.

Años después volvió a Benfica, pero incluso él fue incapaz de romper su maldición: cinco finales de Copa de Europa (1962-63, 1964-65, 1967-68, 1987-88 y 1989/90 y dos de UEFA/Liga Europa (1982-83 y 2012-13) contemplan que la maldición de Bela Guttmann sigue más viva que nunca.