La “maldición” del cuarto partido para el Tri (Especial)
Pocas eliminaciones mundialistas han dolido tanto como la ocurrida a manos de Estados Unidos en Corea-Japón 2002.
Luego de vivir un doloroso castigo que nos privó de ver (quizás a una de las mejores selecciones Tricolores de la historia) en Italia 90, el representativo nacional sufrió una revolución y se convirtió de ser un mero invitado a las justas, en un animador de las mismas, sin embargo, desde el Mundial de Estados Unidos 94 ha caído una maldición, la del “cuarto partido”.
“Sigo teniendo la percepción de que el grueso de la población no me quiere, que seguiré siendo el villano y es comprensible. Es difícil que pueda estar tranquilo en mi interior”, expresó Javier Aguirre años después de la eliminación del Tricolor ante el conjunto de las “Barras y las Estrellas” en Corea-Japón 2002.
Amargura, decepción y desilusión fueron las sensaciones que dejaron aquella selección que tras una complicada clasificación, donde México se jugó el pase a la justa en los últimos partidos, (¿les suena familiar?) ilusionó con buenas actuaciones en los partidos previos y con una gran fase de grupos, donde logró el liderato del sector G al vencer en su debut a Croacia por 1-0, imponerse por 2-1 a Ecuador y sacar el empate 1-1 ante Italia.
Todo parecía puesto para lograr el boleto a los Cuartos de Final. Invictos y la suerte ponía en el camino a Estados Unidos, rival que parecía accesible para vencer y seguir avanzando, aunque al final de cuentas un rival que exacerbaba el “odio deportivo” y que con ganarle a México estaría hecho.
Así fue, la historia es simple, México pecó de soberbio al llegar al encuentro pensando ya en los Cuartos de Final y dio su peor partido en el momento menos indicado. Dominó todo el primer tiempo, pero al finalizar el mismo el marcador indicaba un 1-0 en contra producto de un contragolpe definido por Brian McBride al minuto 8 y el inexplicable cambio de Ramón Morales al 27’ por Luis Hernández, cuando el otrora jugador de Chivas había sido el mejor jugador del encuentro.
La debacle y amargura se confirmarían en la segunda parte con el 0-2 de Landon Donovan al 56, en otra desatención defensiva y la expulsión de Rafael Márquez al 88, que dejaban los sueños Tricolores pulverizados.
"No volveré a cometer el error de cambiar mi esquema a último minuto en el próximo Mundial" tal como le ocurrió en la Copa del Mundo de Corea-Japón 2002, expresaba en 2009 Javier Aguirre, previo a tomar de nueva cuenta las riendas del Tri de cara a Sudáfrica 2010.
"No entendí que debía tener paciencia y confiar en lo que estaba haciendo. Tomé una decisión visceral a todas luces, quizás desoyendo al arquitecto (Guillermo) Vásquez y cambié de esquema", agregó Aguirre.
"Inventé o creí inventar y perdimos el partido. Lejos de remontar nos fuimos a la basura", sentenció con amargura el timonel.
Los años han pasado y la cicatriz que dejó aquella eliminación antes que sanar se ha hecho más profunda.
Las causas del por qué el Tri no ha logrado dar el salto al famoso quinto partido pueden ser muchas, los villanos otros tantos, lo cierto es que hoy la Selección Mexicana comandad por Miguel Herrera tiene una pesada losa que soltar.
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