El tiempo se detiene con Bill Belichick
Una historia de éxito cimentada en aquel Super Bowl XXV.
La alerta de guerra en los Estados Unidos era el tema del día en 1990, y el Super Bowl se llevó a cabo bajo un histórico operativo de seguridad nacional. Aquel domingo en Tampa, Florida, el coordinador defensivo de los Gigantes de Nueva York, Bill Belichick, tenía la asignación de frenar el impresionante ataque de los Bills de Buffalo, llamado “K-Gun” comandado por Jim Kelly, ofensiva que impuso todos los récords en aquella temporada.
Pero la historia construye caminos que muchas veces no se ven en el presente, pero que repercuten en el futuro. El coordinador ofensivo de los Bills ese año era Ted Marchibroda, quien en 1975 fue el entrenador en jefe de los Potros de Baltimore y abrió las puertas de la NFL a Bill Belichick como asistente. La misión de Bill en aquella época era analizar videos por 25 dólares a la semana.
Ese conocimiento llevó a Belichick a reflexionar sobre Marchibroda y la libertad que le daba a Jim Kelly para ajustar en la línea de golpeo. Aquellos videos analizados para Ted en 1975 fueron el hilo conductor en el análisis para detener a los Bills.
La fórmula de Belichick fue aplicar una inusual ‘Dime Defense’ en el Super Bowl, es decir, Bill colocó seis jugadores en la defensiva secundaria, dos linieros defensivos y tres linebackers, por supuesto donde Lawrence Taylor era la figura. De esta forma dominó al impresionante ataque de Jim Kelly, Thurman Thomas, Andre Reed y James Lofton.
Veinticinco años después de aquel domingo en Tampa, Bill Belichick continúa bombardeando a sus rivales con tácticas y recursos que están sobre el filo del reglamento. Por supuesto el resultado de la filosofía del coach de los Patriotas es estar en la víspera de jugar su sexto Super Bowl, y enfrente tendrá al actual campeón de la NFL, los Halcones Marinos de Seattle comandados por Pete Carroll, un entrenador que gusta del juego defensivo.
Pero el propio Pete ha declarado que Bill Belichick es el mejor entrenador en jefe de la Liga, el que más estudia, el que más conocimiento tiene de cualquier tipo de ataque o defensa en la NFL, por lo cual no descarta que Bill sorprenda con alguna devastadora táctica el domingo 1 de febrero en Arizona, tal y como lo hizo en Tampa, Florida en 1990.
Esta semana se han gastado muchas hojas, tinta, cintas, tarjetas, megas y cualquier forma de publicación para hablar del 'Spygate' o del 'Deflategate', pero el legado de Belichick va más allá de las polémicas. Bill está en la NFL desde hace 40 años.
Nadie puede dudar que Bill Belichick es un gran entrenador, a punto de ser leyenda, pero tampoco nadie niega que no proyecta empatía: no es Lombardi, no es Landry, no es Parcells, entrenadores con carisma.
Bill es incluso una imagen triste, calculadora, una figura analítica, casi inexpresiva. Pero a un paso de ser leyenda.